Entre anécdotas festivaleras y acordes de jazz, Miguel Ramírez, alma del certamen internacional en Canarias, observa con asombro el recorrido del Festival en vísperas de sus bodas de plata el próximo 2016. Aquella aventura jazzística nació, en palabras del periodista Míchel Jorge Millares, "como una ruta de borracheras por los municipios canarios al abrigo de la música de los grandes intérpretes del mundo". El jazz aloja ese componente de nostalgia y, por esta razón, la vigésima cuarta edición del Festival Internacional Canarias Jazz&Más Heineken sirvió como pretexto para reunir en el Club LA PROVINCIA a distintos testigos de su historia para evocar viejas anécdotas, lágrimas e historias.

Junto a Ramírez y Millares, Alberto Acosta, conductor del programa Alberto Jazz Club en 7.7. Radio, completó una mesa de debate que estuvo arropada por los acordes de jazz que brindaron el guitarrista Javier Infante y el pianista José Alberto Medina, con Ramírez al saxo. Bajo sus distintas vivencias, coinciden todos en que el jazz es también "improvisación" y así, cuando apenas se instalaba la década de los 90 en Canarias, "el Festival itineraba por Telde, Arucas o Teror para llevar a los embajadores del jazz a todos los rincones de las Islas". Aquellos años recibieron las primeras visitas de virtuosos del jazz, como Stanley Jordan, "la persona que mejor come la paella con los dedos", cuenta Millares sobre el guitarrista, que regresa a la Plaza Santa Ana el próximo 10 de julio. O el reconocido baterista Antonio Sánchez, testigo de los primeros desayunos en que resultaron esas veladas primerizas del Festival, y que tomará el escenario del Teatro Cuyas el día nueve. "Fueron unos primeros años de itinerancia llevando las músicas por los distintos municipios, porque el objetivo era que, luego, fuese el público quien viniese al Festival", explica Ramírez.

Pero Javier Infante, a su lado, prefiere hablar de música, en singular, "porque la música es una y, luego, cada artista emociona con su esencia". "Este Festival recoge el sentir de la música y ha sido un escaparate estético y artístico no sólo para los grandes artistas de fuera, sino para que los que estamos aquí podamos mostrar nuestra estética", explica el guitarrista. Infante descubrió unos acordes de su nuevo trabajo junto a Medina, Alegre Coraçao, que presentarán este sábado en la Plaza de San Antonio Abad, en Vegueta, en la noche D'Canarios que acoge la segunda jornada del certamen. Y es que, para Ramírez, "el nivel de los músicos en Canarias ha evolucionado mucho en estos años". Así, mientras para Millares, "el Festival de Jazz es como una bola de nieve, que va creciendo y arrastrando a gente", para Medina, "el jazz es cada vez más amplio y abierto a nuevas influencias". "Como canario, es un orgullo ser de aquí y venir a compartir la música", declara el pianista, para quien el Festival ha sido, como para tantos músicos canarios, su casa y su escuela. "Es que, una vez que el jazz te atrapa, ya no puedes escapar", coincide Alberto Acosta. Tal vez por eso, entre incertidumbres y recortes, el Festival de Jazz vuelve siempre "porque, año tras año, hemos contado con un público fiel", concluye Miguel Ramírez.