En el momento de la conversación, la actriz viaja en el AVE de Madrid a Málaga. Corre a recoger la Biznaga de Plata a la Mejor Actriz de Reparto del 19º Festival de Málaga Cine Español por su papel de Victoria en Julie, la película de la grancanaria Alba González de Molina que el viernes ya había recibido el premio a la mejor Opera Prima del Festival, un galardón otorgado por la asociación de los escritores cinematográficos andaluces (Asecan). El premio de Silvia Maya ha sido otorgado por el jurado oficial, formado por Manuel Martín Cuenca, Belén López, Pilar Martínez-Vasseur, Alberto Ammann, Daniel Guzmán y Manuel Hidalgo. A la actriz nacida en Barcelona en 1986 el reconocimiento en Málaga le da un impulso que no podía imaginar cuando acudió al casting del que iba a ser su primer papel grande en una película.

Alba González recuerda el momento. "Me encandiló. Se presentaba para dos personajes, también el de Ainhoa, que es más chiquitito, pero tras la prueba no tuve duda. Debía trabajar un pasaje en el que Julie y ella discuten, consiguió que yo misma me creyese las palabras que había escrito. Me encantó que susurrara. Se lo dije. Apenas se susurra en el cine español. No me gusta nada la manía que tienen nuestros actores de proyectar demasiado la voz y hablar a gritos".

En el tren de alta velocidad, "a una horita de llegar a Málaga", Silvia Maya se siente "flotando. Pero se me da fatal hablar en público. Quiero dar las gracias a muchísima gente, pero no sé si me dará tiempo. Un proyecto tan pequeñito y que estemos en estas, nos parece sorprendente y maravilloso". Su papel de Victoria, la maestra de la escuela de la ecoaldea donde se desarrolla la historia, "es el de una mujer segura, con las cosas claras, a la que Julie le gusta, quiere compartir con ella y la ayuda a abrirse. No sé si se enamora de Julie o de la idea que ella tiene de la joven francesa que de pronto ha llegado a la aldea".

Antes de Julie, Silvia Maya, que vive desde hace siete años en Madrid, había trabajado en unos quince cortos, en varias obras de teatro y en "muchísima publicidad, que es de lo que me da de comer". Vive desde hace siete años en Madrid. Destaca los cursos en el espacio Cinemaroom de Madrid con Christopher Geitz, que siente como "mi maestro". Ahora mismo está en cartel en el Teatro Lara de Madrid con la obra Todo es mentira, de Quino Falero. "Lo que quiero es trabajar, que me coja un director que y que exprima como actriz". Del rodaje de Julie, realizado en una comunidad sostenible de Matavenero, aislada de la civilización en El Bierzo leonés, recuerda que "fueron cinco semanas pero hubiera estado tres meses rodando, fue la felicidad absoluta". De sus momentos en el filme de Alba González de Molina destaca uno en el que, "sin decir nada verbalmente, Victoria le expresa muchas cosas a Julie, es el momento en que vienen a decirnos que han pegado a uno de los personajes".

Lecciones de profesión y vida

La madrugada del sábado, Alba González de Molina había respondido con el siguiente mensaje a la pregunta de lo que había sentido al recibir el premio de Asecan a la Mejor Opera Prima del festival de Málaga en la gala celebrada en el Museo Picasso: "Cuando estaba sentada entre el público esperando a recoger el premio me imaginé a Julie levantándose y recogiéndolo ella. Como si hubiese traspasado esa ficción para estar entre nosotras. Con esto quiero decir que es un premio para todos nosotros, porque es nuestra primera película , porque todos fuimos primerizos, nos desvirgamos con ella y aprendimos mil quinientas lecciones de profesión y vida." Ayer, la directora canaria valoraba que el festival de Málaga permite "estar donde están todos los grandes. Es una manera de sacarnos a la luz y de qué manera ha ocurrido con Silvia Maya".

El premio a Maya, coincide la directora, también podría señalar la voluntad del jurado por que Julie no se fuera de vacío del palmarés oficial de Málaga. "El personaje de Victoria es sensible y fuerte a la vez, una mujer de los pies a la cabeza, independiente, con carácter y conciliadora. También me interesaba una persona que fuese físicamente fuerte, que no se comiese al personaje de Julie. Tenían que ser muy diferentes y gracias a las dos actrices se ha logrado. Apenas tenía que darle indicaciones a Silvia durante el rodaje. Tiene una gran capacidad para transformarse. El premio a Silvia Maya es un gran descubrimiento como actriz española".

Por último, desde Tenerife, el director David Cánovas se confiesa "agotado" de la promoción de su largometraje La punta del iceberg, que también competía en sección oficial del festival. Necesitará "al menos un mes" para recuperarse y dedicarse a su próximo proyecto, la adaptación de Las flores no sangran, de Alexis Ravelo. "Ya está entregada la segunda versión al productor Gerardo Herrero. Ahora hay que esperar a ver si logra financiarse y puede rodarse el año que viene. Estoy entusiasmado con el guión, los personajes y las localizaciones".

Sobre La punta del iceberg opina que es una película "de público. Ha salido el viernes pasado con 82 copias en cines de toda España, espero que la gente vaya. En Málaga gustó mucho, del paso por el festival he quedado contentísimo. Sabía que era muy difícil rascar algo del palmarés. Tengo claro que si hubo un premio a punto de caer, ha sido el de mejor actriz protagonista para Maribel Verdú". Su película ha vuelto del 19º Festival de Málaga con el premio Signis que otorga la Asociación Católica Mundial para la Comunicación, un reconocimiento al margen del palmarés oficial. "La película narra la redención de una alta ejecutiva de una multinacional, así que entiendo y me alegra que hayan reconocido estos valores".