La líder del movimiento feminista Femen, Lara Alcázar, manifestó ayer que lo que pretendía al irrumpir en una manifestación contra el aborto el pasado 17 de noviembre era llevar a cabo una protesta pacífica para reivindicar el derecho de las mujeres a decidir sobre la interrupción en el embarazo y en ningún momento provocar una acción violenta. Así se ha expresado Alcázar durante su declaración ante la magistrada del Juzgado de lo Penal 19 de Madrid que la juzga a ella y otras cuatro miembros del colectivo por irrumpir en dicha marcha con el torso descubierto. La líder del movimiento, que ha respondido sólo a las preguntas de su defensa, ha hecho hincapié en que pretendían que la protesta fuera pacífica, tal y como ha definido al colectivo que lidera. La Fiscalía ha elevado a definitiva su petición de nueve meses de prisión y una multa de 1.800 euros por delitos de desorden público, resistencia a la autoridad, además de delito contra derechos fundamentales y libertades públicas, argumentando que la intención de las jóvenes no era la de protestar de forma pacífica sino que lo hicieron con una conducta violenta. Por su parte, la Asociación Enraizados en Cristo y en la Sociedad, que ejerce de acusación, solicita penas de seis años y medio de prisión para cada una de ellas.

Durante su declaración, Alcázar ha dicho que no opusieron resistencia a la actuación de la Policía, más bien al contrario, cuando los agentes les apartaron de la marcha se quedaron en el perímetro que estaba marcado. "Nos sentimos reconfortadas porque las personas que estaban allí nos estaban atacando. De no ser por aquella intervención hubiéramos salido peor paradas", ha dicho, al tiempo que ha enfatizado que solo pretendían tomar una fotografía para mostrar las posturas enfrentadas sobre la cuestión del aborto entre las asociaciones provida y su colectivo. "Nuestras protestas son siempre pacíficas, nunca hacemos uso de la violencia", añadió.