Un cabaret mayúsculo donde los mineros olvidan las fatigas del trabajo bajo tierra y fluyen otros valores. Un homenaje coral a este colectivo de trabajadores, faro de la lucha sindical y retrato de cómo hay que buscarse la vida en la profundidades de la tierra con el riesgo y la miseria que la acompañan.

Carbon Club es el nombre de este imaginario espacio de ocio ideado por la compañía vasca Markeliñe Teatro, y convertido en espectáculo de calle en 2005, y que llega ahora a la capital grancanaria tras haber tenido una notable itinerancia internacional, sobre todo en Londres, ciudad en la que ha programado en tres ocasiones en su Teatro Nacional de Londres en el festival Wacth On Space, en Francia y Portugal además del circuito nacional. La obra obtuvo el segundo premio al mejor espectáculo en el Festival de Artes de Vanguardia de Torrejón de Ardoz, en Madrid.

Es el penúltimo montaje del 20º Festival de Teatro, Música y Danza de la capital grancanaria, Temudas, que se clausura este fin de semana, viernes 12 y sábado 13, con el estreno de Los malditos, de Unahoramenos Producciones. Pero, hoy martes y mañana miércoles, la plaza de Santa Ana invita al público a visitar Carbon Club junto a sus mejores clientes, los héroes de una mina que encuentran en este local el calor y compañía que su trabajo les niega. "Por fin hemos podido llegar a Canarias, lo hemos intentado durante muchos años", explicaba ayer el actor Jon Koldo Vázquez, uno de los siete protagonistas de este espectáculo presidido por la mina colectiva a que laboralmente se debe cada uno, y la mina personal.

"Carbon Club es un cabaret donde se reúnen los mineros, y utilizamos este espacio para contar historias, entre ellas la de Jose, un minero que está a punto casarse, junto a otras paralelas que van transcurriendo, como la de Toño, un compañero que ama a Jose, y la de las mujeres de los mineros, que siempre se quedan esperando a que salgan los maridos, esa soledad y tristeza. En el fondo es una fiesta para reivindicar ese duro trabajo", avanzó Vázquez.

Con una duración de 60 minutos en dos funciones, hoy y mañana, a las 22.00 horas y entrada libre, la compañia augura un espectáculo de altura. Según Jon Koldo Vázquez, "a nivel estético la obra siempre ha funcionado muy bien porque una de las señas de Marleliñe Teatro es que se busca que la imagen sea lo más importante de la compañía, usamos pirotecnia en escena, y es un espectáculo muy visual y divertido".

Aunque la obra se estrenó en 2005, el imaginario de los personajes no ha perdido actualidad, tal como subrayaron ayer el propio actor y Francisco Trujillo, uno de los directores técnicos del montaje, que estuvieron en Santa Ana junto a la directora de Temudas, Marisol García. "Es una obra que no ha envejecido y aunque la minería es casi anecdótica, el espectáculo y sus personajes siguen siendo muy actuales". En concreto, la situación de los refugiados en Europa se asoma a Carbon Club con una ciudadana polaca, hecho que refleja que "los problemas de los refugiados son de muy atrás".

Hay más personajes que desfilan por este singular cabaret donde se invita al público a interactuar. Sin desvelar el grueso de la trama, Vázquez y Trujillo desvelaron ayer "uno de los momentos más potentes de la obra cuando se celebra una manifestación y los mineros se vienen arriba, y empiezan a manifestarse por sus derechos, llega la policía, con una música muy fuerte, y el público incluso se viene arriba contra la policía"

La acción se desarrolla en tres módulos en un espacio escénico "del que el público forma parte", aseguró ayer Francisco Trujillo. El director técnico se mostró encantado de la plaza de Santa Ana, y según dijo, "el espacio es perfecto y la ciudad maravillosa".