Pasadas las 11 horas de la mañana se escuchó una voz en el exterior del Hotel Madrid y un anuncio para los comerciantes y paseantes de la Plaza de Cairasco. "Silencio, estamos grabando". Comenzaba ayer, de esta manera, el rodaje de El último traje, del director argentino Pablo Solarz (Un novio para mi mujer, Sin hijos) en Las Palmas de Gran Canaria; una coproducción internacional que, ante el reclamo de los incentivos fiscales que ofrece el Archipiélago, desarrolla en la Isla la productora Tornasol Films y su filial regional, Hernández y Fernández, con la colaboración del Gobierno canario.

La capital grancanaria suma con este proyecto un nuevo título a su creciente historial cinematográfico y avanza en su posicionamiento como plató de interés internacional. En esta ocasión, el rodaje en suelo canario parte de una producción con participación de capital argentino, polaco y español, y recala en la Isla tras pasar por Madrid, Buenos Aires, París y Lodz (Polonia). El argumento de la película narra el viaje de Abraham, un sastre judío que recorre el mundo en la aventura de encontrar a un amigo que sobrevivió, como él, al holocausto de lo nazis en la II Guerra Mundial, y la acción de las escenas canarias se desarrolla íntegramente en el interior del Hotel Madrid.

Este establecimiento señero de la capital grancanaria simulará ser en la gran pantalla una pensión del centro de Madrid en la que se hospeda Abraham y en el que conoce al personaje de Ángela Molina. Por este motivo, el Hotel Madrid está cerrado y ocupado desde hace diez días por el personal de la productora y por un equipo de actores que encabezan dos figuras del celuloide como son el argentino Miguel Ángel Solá, conocido por títulos como Tango (1998), Fausto 5.0 (2001) o La Fuga (2001), y la ya mencionada Molina, reciente Premio Nacional de cinematografía, hija del cantante y actor Antonio Molina y propietaria de una filmografía con un centenar de películas.

Jornadas intensas

El trabajo con los actores comenzó ayer y se desarrolló hasta las 19.30 horas de la tarde con Molina y Solá como grandes protagonistas. Natalia Verbeke (El método, El hijo de la novia) también participa en el proyecto pero, sin escenas en esta fase del rodaje, su presencia no ha sido necesaria en la Isla. Angela Molina, actriz de Carne Trémula (1997) o Ese oscuro objeto del deseo (1977), se dejó ver, a primera hora de la mañana, en el balcón del primer piso del centenario establecimiento hotelero, cuyo vínculo con el cine se remonta, como centro para la contratación de extras, a títulos míticos como Moby Dick (1956) de John Huston y Tirma (1953) de Pablo Moffa y Carlos Serrano de Osma, con Marcello Mastroianni en el reparto.

La filmación se desarrollará durante una semana. Arrancó ayer y está previsto que finalice, si no se produce ningún contratiempo, el próximo lunes. El equipo al completo de El último traje, sin contar con los actores, está compuesto por 45 personas, de las cuales un porcentaje del mismo está formado por personal canario, un requisito para acceder a las ayudas económicas que, tras acceder al calificativo de obra canaria, establece un programa de deducciones que van del 40% de lo invertido para el primer millón de euros, y del 38% a partir del segundo millón en adelante, con un tope de 5,4 millones de euros.

Los productores, que repite tras El jugador de Ajedrez, se mostró encantado por el desarrollo de los trabajos realizados, especialmente con las facilidades ofrecidas por el emplazamiento a través de la dirección del Hotel Madrid, Gran Canaria Film Comission, el Cabildo y el Gobierno canario.

Estos expresaron que rodar en Madrid se ha convertido en toda una yincana de obstáculos mientras que Canarias "solo ofrece facilidad", según palabras textuales, de tal manera que para ellos es mejor grabar escenas de la capital a casi dos mil kilómetros de distancia. "Estamos encantados", aseguró uno de los responsables de Tornasol. Este explicó que "todo el mundo se ha volcado con el proyecto y nos han dado todo tipo de facilidades". Los rodajes en Madrid, según estos, se ha convertido en un pequeño caos y sus vecinos ya están cansados de tener que soportar inconvenientes como un corte puntual de trafico. Cualquier desplazamiento se convierte en un viaje de dos horas, con lo que todo se retrasa, y es casi imposible lograr, como si han podido tener en Gran Canaria, detalles como una zona reservada de aparcamientos. Por esto, y por la calidad y diversidad de los escenarios canarios, auguran un gran futuro al cine hecho en Canarias y que conocen bien puesto que Tornasol ya ha rodado en las islas películas como El jugador de ajedrez, En zona hostil, entre otras y se dispone a hacer lo propio con proyectos inminentes como La niebla y la doncella o incluso El Quijote de Terry Gilliam

En esta ocasión, el rodaje no ha tomado por completo el entorno de la Plaza Cairasco y la Alameda de Colón como ocurriera con Allied de Robert Zemeckis, Brad Pitt y Marion Cotillard. Tras rodar las exteriores de las escenas del hostal en Madrid, lugar donde se desarrolla una parte de la película, la acción se desarrolla en el interior del emblemático hotel. En tiempo, este espacio ha vivido tres proyectos cinematográficos de envergadura como Wild Oats, Allied y Palmeras en la Nieve.