Los premios a las trayectorias de Ángela Molina y de Ethan Hawke, el emotivo discurso de Gael García Bernal al recibir el Jaeger-Le Coultre al Cine Latino y el estreno de El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez,protagonizaron ayer la segunda jornada del 64º Festival de Cine de San Sebastián.

El actor y director estadounidense Ethan Hawke recogió anoche el primer Premio Donostia de la muestra por una trayectoria en la que asegura haber aprendido que la clave del éxito es "no destruirte a ti mismo". "Recuerdo ser muy joven y darme cuenta de que en esta profesión, si logras no destruirte a ti mismo, tener suficiente autocontrol, las opciones de tener éxito y desarrollar plenamente tus talentos se maximizan", aseguró. "La historia está llena de artistas que acaban mal y no es por la rueda de la fortuna sino por cosas que suceden dentro de uno mismo". El actor fetiche del cineasta tejano Richard Linklater presentó fuera de concurso en San Sebastián su última película, una nueva versión del wéstern Los siete magníficos dirigida por Antoine Fuqua. "Acepté por trabajar con Denzel Washington, que es uno de los mayores actores de nuestro tiempo, es como jugar al baloncesto con Michael Jordan, todo lo que hace es de un nivel altísimo", señaló el actor, cuatro veces nominado al Óscar.

Otra de las estrellas que brilló ayer en San Sebastián fue la actriz Ángela Molina, quien recibió ayer el Premio Nacional de Cinematografía por su vida dedicada al cine de manos del ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, en una ceremonia que tuvo lugar en el Museo San Telmo. Molina inició su discurso con un recuerdo a sus padres, porque "con su amor hicieron que no distinguiera la vida del amor", aunque ella tampoco ha aprendido "a separar la vida del cine", explicó. "Amo a mi oficio como se ama un misterio, sobrepasada y conmovida por la niña que fui", declaró. "No sabía que estaba dando los primeros pasos de lo que iba a ser" hacia una vida que "repetiría tal cual". Junto con Méndez de Vigo, Molina formó además un inesperado dúo musical para entonar los primeros versos de la canción Más cine por favor, que dedicaron a su cantautor Luis Eduardo Aute, con el deseo de que se restablezca de su enfermedad. Una vez concluido el acto, Molina manifestó emocionada que Eduardo es su "amigo del alma", "el norte" de su juventud y uno de sus poetas favoritos.

Por su parte, el actor, director y productor de cine Gael García Bernal, ganador del I Premio Jaeger-Le Coultre al Cine Latino como reconocimiento a toda su carrera, dedicó ayer el galardón "a toda Latinoamérica", en un discurso cargado de reflexiones sociales y reclamaciones morales. Tras recortar su discurso, que llevó escrito en unos folios, el galardonado pasó a leer el poema de Pablo Neruda América no invoco tu nombre en vano provocando una salva de aplausos entre el público asistente, que llenaba el teatro Victoria Eugenia, donde a continuación se proyectó el primer pase con público del último metraje del mexicano, Neruda, de Pablo Larraín.

Entre las películas proyectadas ayer, tuvo especial protagonismo El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez, su último y esperado filme sobre el espía que conmocionó los años 80, Francisco Paesa, varias veces dado por muerto y portada el pasado viernes del Vanity Fair. La noticia de que Paesa había concedido una entrevista hace unos días en París a esta revista, que anoche corrió por los pasillos del festival, ha sacado la sonrisa a todos los miembros del equipo de la película. "Que Paesa salga en la portada del Vanity Fair es como una especie de spin-off, es llevar a la película aún más hacia adelante", río Rodríguez.