"Nací en San Sebastián en el siglo pasado, a veces soy Donald y otras soy Javier. Tengo una bipolaridad preocupante". Javier Gurruchaga (San Sebastián, 1958) aparece caracterizado como Donald Trump ante una nube de periodistas que le aguardan en el patio del Teatro Cuyás. "I Love You", "¿Dónde está Melania?", exclamaba el cantante, actor y showman mientras agitaba los brazos con pulgares en alto, escupía frases como el tópico "Shut Up!" (¡cállate!) y mostraba el completo catálogo de tics asociados al presidente de Estados Unidos.

Gurruchaga regresa a la capital grancanaria con "un canto a la estupidez", manifiesto en la canción Que viene Trump, y al frente del buque insignia que le dio notoriedad en la segunda mitad de la década de los 70 del pasado siglo: la Orquesta Mondragón. Se cumple el 40 aniversario de la creación de la Mondragón, cuya hoja de ruta fija su inicio en 1976, si bien su primer trabajo discográfico llegaría tres años más tarde con el título de Muñeca hinchable (EMI, 1979).

El Teatro Cuyás, el mismo espacio que ayer tuvo al donostiarra gesticulando con tupé afilado cual muñeco de Trump, recibe hoy a la Orquesta Mondragón con este espectáculo de aniversario que se presenta con el acertado título de Anda suelto Satanás. La canción original de Luis Eduardo Aute, que pone su voz en el tema en cuestión en dicho álbum junto a Gurruchaga, evoca a Trump por razones obvias, y permite al líder de la Mondragón tejer un hilarante discurso que roza lo onomatopéyico, y provoca la risa fácil a su alrededor.

Un disco coral con el repertorio de la Mondragón, que se implementa en directo con las parodias sobre Trump y los peligros que acechan a medio planeta. El álbum, según reveló el cantante, aunque logicamente se refería a Que viene Trump, "salió de los debates preelectorales de Trump, cuando llamaba cerdo y burro a todo el mundo". Donald cantará su canción, además de Ponte la peluca. "Quien iba a pensar que íbamos a tener a este showman", decía ayer Gurruchaga, haciendo buena esa bipolaridad que le atormenta, de cuyas chanzas fueron cómplices y víctimas el director artístico del Teatro Cuyás, Gonzalo Ubani, y los periodistas con lo que compartió un rato sentado, y otro de excursión urbana desde las calles Viera y Clavijo hasta Triana. Y es que "Satanás es Trump", reiteraba una y otra vez Gurruchaga para poner en alerta de la llegada del maligno. "Ni en Mars Attack [la película de Tim Burton] había un presidente tan disparatado".

El personaje es cuestión da bastante juego, y Javier Gurruchaga le ha cogido la medida. "Trump es un filón, es carnaza", señaló el cantante y actor, para anunciar que su personaje estará en el concierto del Cuyás cantando Que viene Trump, tema que no se incluye en el disco y que ha cobrado vida propia en el espectáculo de la Mondragón. Una pieza que se pudo escuchar ayer en la sala de prensa del teatro mientras Javier, reconvertido, en el presidente del tupé dorado seguía la letra, se marcaba unos pasos de baile y arengaba a los periodistas a que hicieran coros.

A las preguntas de si Trump daba para más de una canción, el actor y cantante dijo al periodista que "Trump no da para una ópera. A un imbécil no iba escribirle una ópera", enfatizó. Tras esto, sacó a pasear a Trump por Triana repartiendo saludos y haciendo guiños a quien le salía al paso. No tuvo reparo alguno en dar besos, dejarse fotografíar y repartir bendiciones a la manera del líder estadounidense. Ya lo había hecho con anterioridad en ciudades como Madrid y Bilbao, y anunció que "queremos llenar Madrid de Trump" con motivo del concierto que la Orquesta Mondragón ofrecerá el 7 de mayo en el Teatro La Latina. Una fecha en la que Gurruchaga tendrá a su lado al inseparable Popocho Ayestarán, y a quien convertirá en "un mini yo de Trump". La salud de Popocho, según relató ayer, no permité que cubra todas las fechas de la gira, y no estará hoy en el Cuyás.

A Javier Gurruchaga también se le preguntó si existen políticos en España con un perfil similar a Trump y que se presten a ejercicios de parodia como el que trae a Gran Canaria. "En España son todos figurantes, no hay ninguna estrella del rock, son previsibles y no tienen swing", subrayó. Espera que Trump le permita seguir haciendo comedia "cuatro años por lo menos". Es más, según dijo, "gracias a Trump y al norcoreano Kim Jong-un tenemos mucho trabajo todos los cómicos". Y se despidió tras ajustarse la peluca diciendo a los periodistas: "Si no preguntan nada sensato, me voy a comer croquetas".