Ángel Stanich, uno de los músicos más enigmáticos, raros e interesantes del pop-rock en español, regresa a Canarias para presentar Antigua y Barbuda (Sony, 2017), su esperadísimo segundo álbum, que corona las posiciones más altas de las listas de discos más vendidos en España. El músico santanderino afincado en Madrid desembarca el próximo 27 de mayo en la capital grancanaria, donde ofrecerá un concierto en The Paper Club, con una parada antes El Búho Club, en La Laguna, el 26 de mayo, y un tercer concierto en el marco del festival Sonidos Líquidos, en Lanzarote, el 27 de mayo. Las entradas para el concierto en Las Palmas de Gran Canaria saldrán a la venta próximamente.

Antigua y Barbuda emerge tres años después de su aclamado debut con Camino Ácido (2014), con el que Ángel Stanich irrumpió en silencio por la puerta grande de las revelaciones del indie de la mano de canciones como Amanecer Caníbal, Miss Trueno '89 o Disparar a un hombre en reno. Pero lo hizo en silencio porque Ángel Stanich, pese al timbre agudo de su particularísima voz, apenas concede entrevistas ni habla de sí mismo, sino que nutre su propia leyenda como El Outsider que da nombre a uno de sus temas memorables. Por tanto, Ángel Stanich permite que su música hable por él y, a medida que se consagra en los escenarios, su leyenda se hace vez más grande.

Regreso

La última visita de Ángel Stanich a Las Palmas de Gran Canaria se produjo precisamente al filo de la dilatada gira de Camino Ácido, a cuyo abrigo brindó su primer concierto en Canarias en noviembre de 2015, en el extinto Mojo Club, y a la que puso la guinda el pasado enero de 2017 en un abarrotado The Paper Club, arropado por la flamante Ángel Stanich Band.

Entre conciertos y festivales, Stanich ha anticipado la cocción de Antigua y Barbuda con sutiles himnos generacionales como Carbura!, recogido dentro del EP Cuatro Truenos Cayeron, (2015), algún christmas envenenados bajo el título Jesús Levitante y, al borde del pasado verano, Siboney (2017), un exuberante EP que cerró un ciclo y abrió la puerta al deslumbrante universo de Antigua Y Barbuda.Y en este nuevo camino, acaso más ácido que el anterior, Antigua y Barbuda despliega un safari emocional a través de 10 historias (11 en el CD), donde esa extraña e inconfundible voz guía los pasos de un proyecto fresco a través de expediciones literarias y sonidos cambiantes. El álbum se concibió en vinilo, con ayuda de Javier Vielba en la producción artística, y grabado con la banda "a la vieja manera, todos juntos" en los estudios Revirock.

El viaje del autodenominado "cantautor lisérgico" en una de sus contadas declaraciones transita por territorios sonoros diversos: desde la acidez romántica de la oda a la fragilidad "americana" en Escupe Fuego, canción que inaugura el disco, a la ironía bailable de Hula Hula, ingenioso homenaje a la indietrónica nacional de los años 90, en las coordenadas de La Casa Azul, Hidrogenese o el Bowie-Chic. O también del escalofrío que recorre esa imposible odisea de crónica negra titulada Galicia Calidade a la hondura emocional de la epopeya existencial Casa Dios, que recoge sentencias definitivas como "soy un náufrago convencido", pasando por la insólita recreación historicista de Camaradas a través de un romance de izquierdas en la hoy ¿denostada? Transición del 78, en la que Stanich ni siquiera había nacido.

A juicio de Chema Rey, manáger de Stanich y ex conductor del mítico El Bulevar, en Radio 3, durante más de 25 años, Antigua y Barbuda descorcha "un disco proteico y plagado de sorpresas que va a descolocar a muchos". "No solo atrapa el retrato de un artista en racha, sino algo hoy imposible de encontrar: capacidad de sorpresa. Y es que Antigua Y Barbuda es uno de esos discos que alegra la inteligencia y nos devuelve la fe en la música concebida como arte. De los que marcan época y cambian el rumbo de su tiempo. Pero, sobre todo, es un álbum que proyecta hacia un impredecible futuro a un artista que ha llegado para quedarse".