«Somos un centro de alto rendimiento de vela a nivel mundial» | Rafael Lasso Consejero delegado del Marina Rubicón

Rafael Lasso, consejero delegado del Marina Rubicón, en Lanzarote: «Somos un centro de alto rendimiento de vela a nivel mundial»

Estar en el momento justo y en el lugar adecuado, además de contar con unas condiciones climatológicas perfectas y unas instalaciones de primerísimo nivel les ha permitido convertirse en el epicentro de la vela olímpica a nivel mundial durante el periodo invernal.

Rafael Lasso posa junto a sus hijos durante el acto de apertura de la Lanzarote Internacional Regatta.

Rafael Lasso posa junto a sus hijos durante el acto de apertura de la Lanzarote Internacional Regatta. / Marina Rubicón

Santiago Icígar

Santiago Icígar

¿Cuál es la temporada alta en Marina Rubicón?

La temporada este año acaba de terminar. Hay un circuito internacional de regatas y cuando éste para, vienen aquí a entrenar en invierno por las buenas condiciones que existen. En octubre llegan los primeros regatistas y hasta mitad de marzo no se van los últimos. Hemos recibido a unas 1.200 personas de 54 países, entre atletas y entrenadores, con una estancia media en la isla de Lanzarote superior a los 60 días.

¿Cuántas clase de vela olímpicas se dan cita en la instalaciones durante el invierno?

De las diez clases olímpicas de vela nosotros tenemos centro de entrenamiento en nuestra marina para ocho de ellas. Las otras dos que no tenemos son las cometas, que únicamente pueden salir desde una playa y que están ubicadas en Corralejo (Fuerteventura). Entre Lanzarote y el norte de Fuerteventura, en la bocaina del triángulo que se forma entre Lobos, Corralejo y Marina Rubicón, entrenan la decena de clases olímpicas de vela durante los inviernos. Somo el epicentro mundial de la vela olímpica; o por decirlo de alguna manera, un centro de alto rendimiento a nivel mundial. El 40% de las clases olímpicas celebran sus Campeonatos del Mundo en Canarias y en Marina Rubicón, durante el año más importante del ciclo olímpico. Hay dos fases; en la primera se clasifica el país y en la segunda los países clasificados tienen que hacer su propia clasificación interna.

«En la temporada que acabamos de terminar, hemos acogido a unas 1.200 personas de 54 países»

¿Cómo se ha ido produciendo desde principios de 2000 esa evolución que les ha convertido en un centro de alto rendimiento a nivel mundial?

Antes de que nos especializáramos en el mundo de la vela, el lugar de referencia era Vilamoura, en el Algarve portugués. En 2017 comenzaron a llegar algunos deportistas olímpicos a Lanzarote y el entrenador grancanario Gustavo Martínez Doreste, que trabaja con la clase 470 en el Real Club Náutico de Arrecife. En 2020 comenzaron a llegar otras clases en plena pandemia, cuando empezamos en verano a abrir un poco las puertas porque nuestra situación sanitaria era muy buena comparada con el resto de Europa, donde las restricciones eran muy fuertes. Hay que recordar que los Juegos de Tokio se habían demorado un año, hasta el verano de 2021. Muchos contactos del mundo de la vela empezaron a llamarnos para venir a entrenar, porque en la Península y en el resto de Europa no era posible. Además, contamos con un partner que nos ha ayudado en todo esto con la gestión de la base olímpica, DinghyCoach, que tenía sus contactos. Todo fue como una bola de nieve. Vinieron los españoles porque ya conocían a Gustavo Martínez Doreste, él trajo a los alemanes y así sucesivamente, hasta que en diciembre de 2020 nos encontramos con muchísimos barcos de las ocho clases olímpicas. Hicimos una regata en enero de 2021 para que vieran que se podía regatear aquí y salió todo muy bien. Con la aparición de la variante Omicron del covid-19, todos los eventos previstos en la primavera de 2021, que daban plaza para los Juegos de Tokio, se empezaron a cancelar. En ese momento nos ofrecimos al COI y a la Federación Internacional de Vela para hacer un clasificatorio olímpico. Nos dieron el visto bueno y se celebró la primera edición de la Lanzarote Internacional Regatta. Fue todo un éxito y a partir de ahí nos hicimos con un hueco. 

¿Qué les hace diferentes al resto de opciones que puedan tener los regatistas?

Sin duda alguna nuestras condiciones, partiendo de la base de que aquí hay más horas de sol que en ningún otro país de Europa en invierno, y que el resto de países del hemisferio sur, salvo Nueva Zelanda o Australia, no se encuentran acondicionados. A ello se suma el clima y que Playa Blanca se trata de un lugar fácil para vivir, está todo cerca, pueden ir por la mañana a coger olas a la isla de Lobos e ir a hacer bicicleta por Timanfaya para entrenar cardio. Con la importancia que tiene el triatlón en Lanzarote por el Ironman, la población está muy sensibilizada en ese aspecto con el ciclista en la carretera y hay buenas vías. Estamos bien conectados con la mayoría de las ciudades importantes europeas, con vuelos casi a diario y a precios razonables. Todo ello forma un paquete casi imbatible. Aunque pueda parecer que viajar a Canarias resulta más caro, al final lo compensan por las horas de agua que pueden hacer en comparación con las que tenían en Portugal. Este año, en invierno, no se ha cancelado ningún día la navegación; eso no pasa en ningún país del mundo y facilita enormemente a los deportistas la programación de todos sus entrenamientos.

«Canarias tiene que aprovechar esta oportunidad para abrirse al mar, porque el potencial es enorme»

¿Cómo ha afectado todo este boom a la población de Playa Blanca y a Lanzarote?

Se ha creado un vínculo brutal de la gente que viene con la población de la Isla. Una campaña olímpica es lo más sacrificado que hay para un deportista y todo ese trabajo lo hacen en Lanzarote, que les da todo lo que ellos necesitan para cumplir su objetivo. Tenemos 1.200 embajadores del más alto nivel promocionando la Isla durante todo el invierno en 54 países. En nuestra marina, todo el personal está volcado con el proyecto. Hemos hecho un estudio del impacto económico que ha supuesto esta apuesta y nos deja un total de 15 millones de euros en la zona de Playa Blanca y alrededores. Si algo caracteriza a la vela es que se trata de uno de los deportes más longevos que existen, por lo que supone una semilla que va a seguir dando frutos durante décadas. Junto a Puerto Calero, hemos preparado a cinco equipos que han dado la vuelta al mundo y cada vez son más barcos los que apuestan por Lanzarote. El Ironman de triatlón cambió la concepción del deporte en la Isla y nosotros queremos cambiar también la concepción del mar; nuestra gente tiene que darse la vuelta y mirar al mar. Son necesarios planes deportivos encaminados a aprovechar toda esta visibilidad, porque sino todo esto no tendría sentido. Tenemos durante cinco meses aquí a los mejores regatistas del mundo y tenemos que aprovecharlo con la ayuda de las instituciones. Tenemos que lograr que las Islas se abran al mar, porque tenemos un potencial increíble, no solo Lanzarote.

¿Con qué operativo cuentan para poder atender a todos estos regatistas?

Durante el año trabajamos con DinghyCoach. En la gestión del día a día, en la base olímpica, tenemos a cuatro personas. En el equipo de Marina Rubicón somos 38 empleados que trabajamos los 12 meses del año. Para los eventos tenemos alrededor de un centenar de personas trabajando, con un equipo de medios de 21 personas.

¿Qué mensaje se le puede mandar a las instituciones públicas con respecto al momento que vive la vela?

Canarias tiene una oportunidad de oro para sacar a deportistas de referencia. El medallero olímpico, en muchas ocasiones, siempre lo salva la vela para España, e históricamente lo salvaba Canarias. Pero la realidad nos dice que la última medalla canaria en vela es del año 1996, con Fernando León que se llevó el oro. Es algo que tenemos que cambiar, porque además en contra de lo que piensa la gente, la vela no es cara, hay buenas escuelas; la Federación y los clubes están haciendo una gran labor para que cualquiera pueda navegar.

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