La hazaña sideral alcanzada por la selección española -ganadora de la pasada Eurocopa 2008 y del Mundial 2010 que acaba de concluir en Sudáfrica para romper el estigma de eterna aspirante- comienza a fraguarse hace justamente una década con dos futbolistas que son el alma y el cerebro del combinado nacional: los barcelonistas Carles Puyol y Xavi Hernández.

Ambos, con sus distintas características y formas de desenvolverse sobre el terreno de juego, plantaron la primera semilla de la mejor selección española de la todos los tiempos el 15 de mayo de 2000, de la mano de José Antonio Camacho, quien confió en ellos con 22 y 20 años, respectivamente.

Hace ya 10 años debutaron al mismo tiempo y, paradojas de la vida, el rival del estreno fue Holanda, en un encuentro amistoso celebrado en el estadio de La Cartuja en Sevilla y que acabó en derrota, 1-2, para la Roja. Una década después, en el Soccer City Stadium de Johannesburgo, los dos jugadores catalanes ejecutaron junto a la mejor hornada de jugadores la peor de las venganzas y dejaron a la naranja mecánica sin el Mundial que la historia le debe. Y Xavi y Puyol firman hoy 93 y 90 internacionalidades.

Algunos meses después del debut de los jugadores del Barcelona hacía su irrupción meteórica en la Roja Íker Casillas, que defendió la portería por primera vez en un amistoso en Suecia, hasta alcanzar hoy las 111 internacionalidades. Son los tres jugadores más veteranos de la selección española, debutantes todos hace una década.

Pero mientras todo esto sucedía y se solidificaban los cimientos de la gesta que ahora se disfruta, la generación más joven de la actual selección intentaba labrarse un futuro, bien en el equipo del pueblo o en las cadenas más importantes del fútbol español, siempre imaginando cómo sería jugar junto a sus ídolos Xavi, Puyol y Casillas.

Uno de los más precoces jugadores es el héroe indiscutible de este Mundial, Andrés Iniesta, que tras dejar la cadena del Albacete y encandilar en el prestigioso Torneo Alevín de Brunete, marchó a los filiales del FC Barcelona desde los 12 años, donde mostró su virtuosismo con un balón. El de Fuentealbilla, autor del gol del triunfo sobre Holanda que pasará a los anales de la historia, apenas despegaba seis o siete palmos del suelo y con 14 años ya dejaba tumbados a rivales de mayor fortaleza.

Soñaba Iniesta que quería clonar a Xavi, pero encontró su propio sello. Su debut en la selección se produjo en el Mundial de Alemania 2006 en el partido de la primera fase con Arabia Saudí. Y en su siguiente mundial marca el gol del siglo.

Hace 10 años David Villa tan sólo aspiraba a consagrarse en Primera División, mientras veía los partidos de la selección en los que ya estaban los tres veteranos. Recién alcanzada la mayoría de edad alternaba sus presencias en el Sporting de Gijón B con las intervenciones en el primer equipo. El chaval mostraba unas condiciones envidiables, pero nadie vaticinaba en 2000 que el habilidoso delantero se iba a convertir con el tiempo en el pistolero de España, máximo goleador de la Eurocopa 2008 y del Mundial 2010. Villa firmó su alternativa de rojo el 9 de febrero de 2005 con un hat trick ante San Marino. Declaración de intenciones total.

¿Y Fernando Torres? El madrileño del Liverpool (26 años) lleva toda la vida jugando al fútbol en la élite. En el año 2000 el niño rubio de Fuenlabrada pasaba del juvenil directamente al Atlético de Madrid, con el que debutó en Segunda División con 17 años. Disputó su primer partido con España en el año 2003 frente a Portugal, porque pese a su juventud es todo un veterano de la selección, autor del gol decisivo en la Eurocopa 2008.

En el año 2000 un joven de 14 años llamado Sergio Ramos secaba delanteros en el equipo de su pueblo, el FC Camas, con una potencia física impresionante. No tardó en despertar el interés del Sevilla CF, donde se hizo futbolista y hombre. Con 20 años inició su idilio con el equipo nacional el 21 de marzo de 2005 en un amistoso con China (3-0 para España) y ya nadie ha discutido su papel en la zaga hispana y en el Real Madrid.

Xabi Alonso iniciaba su fulgurante carrera en 2000 como centrocampista en la Real Sociedad que le llevaría años más tarde a firmar por el Liverpool y a hacerse un puesto fijo en el centro del campo de España. Jesús Navas rompía cinturas en la UD Los Palacios del pueblo sevillano donde se crio antes de entrar a formar parte de la cantera sevillista, y Gerard Piqué sobresalía en la zaga del infantil azulgrana pasando por todas las categorías antes de hacer camino de ida y vuelta de Manchester a Barcelona, con escala fugaz en el Zaragoza.

Y Fernando Llorente aún no había desarrollado su 1,94 de altura, aunque despuntaba en Lezama. La unión de todas estas ilusiones hizo posible el milagro.