Entre el terrero y el tatami a Andrés Coruña se le ha escapado más de media vida. Su nombre forma parte de la leyenda del judo canario como referente de la época dorada de este deporte, pero también en la brega dejó la huella de su clase sobre la arena. La maña fue siempre su mejor arma, unida al trabajo concienzudo y la constancia inagotable. En su currículum, plagado de incontables títulos, hay un apartado imprescindible dedicado a la docencia. Porque ante todo Andrés Coruña es un maestro, en el sentido más extenso del término. "Por mis manos han pasado miles de chiquillos", explica. Entre ellos se cuentan "médicos e ingenieros", que crecieron a los pies de un tatami.

Andrés Coruña pisó por primera vez la arena del terrero con tan sólo nueve años, de la mano de su tío, Carmelo Coruña, a quien insistió hasta la saciedad para que lo llevase a luchar. El Adargoma fue siempre su equipo y Paquito González su primer maestro, de quien aprendió que para enseñar hace falta vocación y una madera especial, sólo al alcance de algunos privilegiados que nunca dejan de ser maestros.

Menudo y enjuto, Coruña batió a luchadores que le doblaban el peso, tanto en el judo como en la lucha canaria. Su rapidez y una técnica pulida lo convirtieron en un luchador para el recuerdo. A los 19 años, "mientras hacía el servicio militar en Aviación" se cruzó en el Gimnasio Las Palmas con Jesús Telo Núñez, "una de las personas más importantes para el judo canario y un gran entusiasta del deporte". Debía ser contagiosa aquella energía suya porque reconoce también Coruña que "si no hago deporte no soy yo". En aquellos tiempos le dio por la gimnasia deportiva y practicaba "salto de aparato". Jesús Telo, quien conocía de oídas sus artes sobre el terrero, le propuso presentarse a los provinciales de judo. A los quince días estaba con el equipo del gimnasio en el Campeonato de España, donde se proclamaron campeones por equipos.

Amado Ramos fue su maestro sobre el tatami, un hombre de quien aprendió la importancia de "la seriedad y la disciplina". Después de aquel primer título llegaron muchos más. Andrés Coruña es cinturón negro 7º Dan de judo, campeón de Canarias en todos los pesos, en más de quince ocasiones y campeón y subcampeón de España de su peso (-62 kg.). Fue además siete veces campeón de España por equipos. Participó en el Premundial de Alemania y también fue campeón de España de lucha libre, una disciplina en la que le involucró Chago Morales. Quedó segundo en la Copa del Mundo de sambo y se ha enfrentado en seis ocasiones junto con la selección española de judo a los indiscutibles campeones del mundo, los japoneses.

Profesor de Educación Física durante más de 30 años, dio clases en los colegios Heidelberg y Claret, donde regó con paciencia y dedicación una vida dedicada a la docencia. Hace treinta años se empeñó en poner el marcha el Gimnasio Hermanos Coruña, donde comparte vocación con sus hermanos Antonio y Juan. Desde hace poco más de un año ha trasladado su residencia al sur de la Isla buscando aires que le ayuden a superar sus problemas de bronquios. A sus 67 años espera volver al tatami para seguir enseñando. "Se lo pido a Dios todos los días", insiste. Porque los verdaderos maestros lo son para siempre.