Saldada la permanencia sin agobios, más aún con el descenso en cascada del Villarreal B, y olvidados los sueños promoción de ascenso, la UD comienza a planificar su futuro en la próxima edición liguera esta tarde (19.00 horas, TVC) en Riazor ante el Deportivo, que transita embalado por el campeonato para regresar a Primera un año después de su enorme trauma colectivo.

Los amarillos vuelven a poner en juego su honor e imagen sobre el césped de la ciudad herculina y esperan mejorar su obra precedente, una derrota casera e intempestiva ante el Cartagena (1-2), que fue abucheada desde el graderío del Gran Canaria y abroncada desde las altas instancias del club. El indicio más evidente de que nos encontramos en la antesala de la pretemporada es que se anuncian cambios significativos en la alineación de la UD.

Sin lastres ni preocupaciones clasificatorias, el grupo de Juan Manuel debe reconducir su paso por el torneo en un escenario importante de la categoría, donde cualquier atisbo de rendición o bajada de brazos puede costar una derrota con sonrojo que volvería a echar gasolina sobre las actuaciones ardientes del equipo en el último mes y medio de competición. Si bien es cierto que a Las Palmas le ha costado encontrar motivación y concentración suficiente ante rivales de menor calado, La Coruña se presenta como una excelente plaza para que los protagonistas visitantes se reivindiquen de cara a un futuro no demasiado lejano. Y es más, en estadios con aroma a fútbol del bueno como este Riazor, es decir, Balaídos, Rico Pérez, La Condomina o Zorrilla, los amarillos siempre han exhibido una buena ración de orgullo que hace alejar cualquier escarnio público del rival.

Los mensajes de la cúpula directiva y ejecutiva han sido claros durante estos días sobre la formación de los once iniciales en las próximas cinco jornadas: hay que poner a jugar a los menos habituales durante el curso. Con esta premisa en la mente y sobre la mesa, Juan Manuel debe componer esta tarde un conjunto lo suficientemente competitivo para dar respuesta a la maquina coruñesa que ya avista la estación de Primera. Los cambios en los elegidos tampoco se prevén abruptos porque no hay tantos elementos disponibles debido a las bajas técnicas, por sanción y lesión. En este sentido, no viajaron ayer en la lista de 19 expedicionarios David García, Momo y Víctor Laguardia, por dolencias físicas, Ruymán -castigado por acumulación de tarjetas- y Viera, que fue traspasado al Valencia y no jugará más de amarillo.

Nueva reválida

Con este panorama, parece evidente que Corrales volverá a ocupar el flanco izquierdo de la defensa y tendrá ante sí el primer examen para corroborar su verdadera utilidad para el próximo curso. En la misma tesitura, por expreso deseo de la comisión deportiva y el Consejo, Raúl Lizoain podría jugar su segundo partido como titular (el otro fue ante el Villarreal B) en detrimento de Mariano Barbosa, quien ha construido a base de declaraciones y silencios una nebulosa sobre su futuro en la entidad, a pesar de tener un año más de contrato. Dani Castellano, con apariciones esporádicas, podría estar en la misma orilla que los dos anteriores.

Juan Manuel podría decidirse por un equipo que tenga al portero canterano en el fondo; Pignol, Juanpe, Herner y el observado Corrales, como cuarteto defensivo; Javi Castellano y David González, en las posiciones de dobles pivotes; mientras que la línea de tres cuartos está sujeta a múltiples variantes que acogen desde la titularidad de Guerrero, restañado de su lesión, hasta la de Dani Castellano, pasando por la aparición en la titularidad de Vitolo. En la punta de ataque, el delantero madrileño Javier Portillo parece ser la opción más rentable por su capacidad goleadora. Enfrente espera la tropa grancanaria del Deportivo con el de Arguineguín Juan Carlos Valerón a la cabeza.