La Unión Deportiva Las Palmas va en serio. Muy en serio. Lo dice la clasificación, donde ocupa plaza de promoción y donde ya está a tiro de piedra de la zona de ascenso directo. Y lo eleva a verdad absoluta la pelota, que nunca miente y que sitúa al equipo de Sergio Lobera por las nubes. Ayer, en el partido oficial número mil en la Nova Creu Alta, el conjunto amarillo pasó por encima del CE Sabadell (0-4) como una apisonadora, como una máquina de facturación industrial capaz de liquidar rivales según las circunstancias. Si un día hay que ganar con la asociación a través de la pelota, se supera al adversario de turno con toque y gol. Si en otra jornada hay que sobrevivir al contragolpe, se acaba con la resistencia del contrincante a base de correr, correr y más gol. Fuerte, sólida, generosa, fresca, alegre, profesional, descarada, honesta, letal, talentosa. Así es esta UD Las Palmas, tan completa, siempre con el plan más apropiado para según qué situación como método. Así se las gasta esta Unión Deportiva, que afila el colmillo mientras devora rivales y mira de frente, sin miedo ni complejos, la posibilidad inmediata de dar el salto a Primera División.

Fueron Tato -en dos ocasiones-, Vitolo y Thievy con sus goles los que sellaron el asalto a la Nova Creu Alta en una noche de tormenta, pero todo empezó en las manos de Mariano Barbosa. Es lo que tiene un buen equipo, que funciona bien de principio a fin. Probablemente espoleado por el ambiente previo, con honores para celebrar la leyenda de la Nova Creu Alta, y tal vez picado en su orgullo por las derrotas previas ante la SD Ponferradina y el Hércules CF, el CE Sabadell encaró los primeros minutos del encuentro con atrevimiento. El equipo arlequinado adelantó las líneas, presionó muy arriba y empotró a la UD Las Palmas contra su portería. En un escenario tan ingrato, con el césped en un estado plomizo por la lluvia, el equipo amarillo se tuvo que agarrar a su portero para no naufragar nada más empezar.

Anda Barbosa en un estado fenomenal. En El Madrigal, ante el Villarreal CF, detuvo un penalti que mantuvo en pie a la UD Las Palmas cuando peor lo pasaba. Y anoche, en dos instantes, uno detrás de otro al poco del pitido inicial, contuvo todo lo bueno que al CE Sabadell se le ocurrió hacer para intentar ganar. En el minuto cuatro, tras un saque de esquina, el guardameta bonaerense sacó una mano -la derecha- para despejar un remate de Abraham Paz que, con toda la mala intención del mundo, se colaba por el único hueco libre de piernas. Justo después, en el minuto seis, el arquero repitió hazaña: esta vez ante Aníbal, que también se topó con una mano providencial -esta vez la izquierda- de Barbosa, pletórico bajo palos y ejemplo a seguir para el resto de sus compañeros.

Testados el tipo de partido y la mala leche del rival, la UD Las Palmas examinó su manual de supervivencia y encontró recursos para salir con éxito del apuro. Frente a las prisas del CE Sabadell, el equipo de Sergio Lobera optó por imponer un poco de calma. Y, para aplicar su método, decidió que todo debía empezar por tener algo más de tiempo la pelota. Comenzaron con la tarea los centrales, Murillo y Deivid, que, en lugar de sortear el balón con pases en largo, se empeñaron en encontrar a Nauzet Alemán y Hernán para que el juego ofensivo del conjunto amarillo tuviera, de golpe, un mínimo de sentido y una pizca de fluidez.

A la UD Las Palmas, pese a sus intenciones de rebajar la energía local, le costó controlar el asunto. En la primera media hora de juego, casi todo lo que se dibujó con mala intención para cobrarse un gol lo trazó el CE Sabadell, que después de los primeros paradones de Barbosa siguió erre que erre. Samu y Lanza lo intentaron sin mucho éxito (m. 11 y 26); pero fue Moha, con un toque sutil para dibujar una vaselina diabólica que rozó el larguero, el que volvió a disparar los nervios en las filas del equipo amarillo.

Dos latigazos

Por la valentía del rival, la UD Las Palmas debió llegar a la conclusión que para ganar al CE Sabadell tocaba hacer un señor esfuerzo en todas las líneas. La defensa ya llevaba un rato de resistencia, así que llegado a ese punto el turno debía ser para los futbolistas con más talento. Y de esos, hechos con una pasta especial, capaces de pasar inadvertidos durante mucho tiempo pero facultados por un don para reventar porterías rivales a su antojo, la Unión Deportiva tiene unos cuantos. Y eso, en Segunda División, vale un tesoro.

Confiado entre su aparente superioridad, obcecado en castigar a Barbosa, el CE Sabadell rebajó la vigilancia por una zona de su banda izquierda. Por allí se coló Thievy, rápido como un demonio, para soltar un pase que dio con Tato. El delantero, solo y en el área pequeña, sólo tuvo que empujar el balón para hacer el 0-1 (min. 36) y señalar el camino de la victoria ante un rival noqueado por el golpe, incrédulo ante la facilidad del conjunto amarillo para morder, contrariado al comprender la distancia entre uno y otro: la diferencia entre fallar varias ocasiones claras de gol y certificar la primera oportunidad, justo el mundo que separa a la UD Las Palmas del CE Sabadell.

Vencido por la realidad, el CE Sabadell entregó la cuchara en la siguiente jugada. Una pérdida de balón en el centro del campo acabó con Vitolo lanzado contra la portería Nauzet Pérez. Tortolero, tras recular unos cuantos metros, verse superado por el extremo grancanario y consciente de que tenía pocas salidas, cometió penalti y acabó expulsado en una jugada que acabó en 0-2 tras ejecutar el propio Vitolo la pena máxima (min. 39).

Lo que vino después fue un recital -o un castigo, según se mire-. El CE Sabadell, en un día tan señalado, tiró de orgullo para buscar algo, en plan épico, que valiera la pena. Superado en fútbol (0-2) y efectivos -en inferioridad tras la expulsión de Tortolero-, el equipo de Lluís Carreras fue un muñeco de trapo para la UD Las Palmas. Vitolo, en los primeros cinco minutos de la segunda mitad, pudo acabar con la discusión en dos contragolpes decididos en un mano a mano con Nauzet Pérez. En el primero, lanzado por Thievy (min. 48), tiró fuera; en el segundo (min. 50), Moha evitó el tanto bajo palos.

No falló poco después Tato, que, en el minuto 60, selló con un latigazo limpio y certero dirigido al palo donde jamás podía llegar Nauzet Pérez, la jugada perfecta. Todo arrancó en la banda derecha, donde Atouba apareció como elemento sorpresa en la alineación y donde firmó un partido por encima de lo digno. Allí, por delante de él, se asociaron Momo y Nauzet para superar líneas y jugadores del CE Sabadell antes de que la pelota cayera, en la frontal del área, en los pies de Tato, que hizo el 0-3 (min. 60).

Después de esa exhibición de calidad y poderío incluso hubo tiempo para otro gol, obra de Thievy (0-4, min. 81), un hecho que sólo certifica el apetito de gloria que tiene esta UD. Ojalá no se sacie nunca.