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Las memorias de Joan Pera

El delegado del Granca ha estado presente en 24 de las 25 temporadas del club en la Liga Endesa

Las memorias de Joan Pera

Joan Pera lleva toda una vida vinculado al Club Baloncesto Gran Canaria. Alero zurdo, buen anotador y de aire distraído en defensa durante su etapa como jugador, llegó al club claretiano en 1986, tras un encuentro fortuito en Badalona con Joaquín Costa, para reforzar una plantilla que, tras un paso fugaz por la élite, aspiraba a volver a la ACB. Desde 1995, tras colgar las botas, Pera ejerce como delegado del primer equipo amarillo sentado siempre en la silla más cercana a la mesa de anotadores -con traje, corbata y una tablet en mano para que no le birlen puntos al Herbalife-. Y así, entre una y otra función, durante las últimas tres décadas ha sido testigo directo de la constante evolución de la entidad de la Vega de San José: de las 25 campañas del Granca en la Liga Endesa, Pera ha estado presente en 24. Más que nadie.

De Calella (Barcelona; 1960), Joan Pera llegó a la Isla en 1986 en busca de una vía de escape. "Había pasado un año muy malo, tanto a nivel profesional como personal, en el Español", rememora el delegado del Herbalife. "Quería irme lejos de Cataluña y, por entonces, Canarias era para mí el lugar más remoto. Así que cuando Joaquín Costa me planteó la posibilidad de fichar por el Claret no me lo pensé dos veces". "Vine sólo por una temporada y con la intención de comprarme un coche porque aquí estaban mucho más baratos que en la Península", recuerda antes de aclarar que "al final me compré el coche, pero también jugué seis años aquí, me retiré aquí, me casé aquí, formé una familia aquí y aquí llevo ya 29 años".

La relación entre Joan Pera y el Granca arrancó incluso antes de su fichaje por el club. El 21 de septiembre de 1985 estuvo presente en el debut del Claret Las Palmas -como se llamaba entonces el Herbalife- en la ACB enrolado en las filas rivales: jugó nueve minutos con el RCD Español, tiempo en el que anotó dos puntos y colaboró en la victoria del conjunto perico (83-75) sobre el equipo insular, en el que jugaban Willie Jones, Berdi Pérez o Les Craft, en la primera jornada del curso 85-86.

Máximo anotador en Primera B

El Claret Las Palmas bajó pocos meses después. El 9 de abril, tras perder una eliminatoria de Playoff de descenso ante el CajaMadrid, el equipo insular regresó a Primera B. Y, en el siguiente proyecto, la figura de Joan Pera tuvo un rol protagonista. "Encajé a la perfección", subraya. "Tenía otras ofertas", detalla antes de señalar que "Caja Ronda y algunos equipos de Cataluña preguntaron por mí, pero desde que surgió la opción del Claret por medio de Joaquín Costa lo tuve claro". Y el actual delegado del Granca no se arrepiente de aquel paso que dio hace 29 años. "Lo mejor es que me encontré con gente estupenda. Eduardo Polo, Subías o Gregg Stewart, que ya lo conocía de su etapa en el Joventut. Hicimos un año estupendo. Fui máximo anotador de Primera B y todo salió bien".

Joan Pera se encontró en la Isla "con un club que era una familia". "Pepe [Moriana] estaba atento a todo para que nos sintiéramos como en casa", resalta antes de contar una anécdota sobre el Pabellón de Tamareceite -recinto en el que el Claret jugaba como local-. "Cuando vine a jugar la primera vez, con el Español, se fue la luz en medio del partido", evoca.

Habitual en Tamareceite, presente como jugador durante el traslado al Centro Insular de Deportes -"eso permitió al club dar un paso hacia la profesionalización", considera"- y delegado del equipo en el estreno del Gran Canaria Arena, Joan Pera constata que "la evolución del club en estas tres décadas ha sido espectacular". "Si en 1986 hubiera apostado un millón de pesetas por esta progresión", destaca, "me hubiera hecho multimillonario porque nadie se lo hubiera creído. Dices en 1986 que el Granca viaja en chárter a Moscú para jugar una final europea y te habrían tomado por loco".

De las anécdotas que ha vivido como delegado del equipo, sólo revela una. "En mi primer viaje como delegado, en 1995, me quedé dormido. Aún no sé como llegue a tiempo para coger el vuelo", expone entre risas. "Del resto", agrega, "no cuento nada. Hace años hice un pacto con Moran y Savané. Y lo que pasa aquí dentro, se queda aquí dentro". Eso quedará guardado en las memorias de Joan Pera.

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