En el justo momento, en el lugar adecuado. Minuto 34, último periodo. Allí, en el lado derecho de la cancha del Sevilla, al borde de la línea de 6,75, apareció Brad Newley. Antes la incertidumbre se apoderó del electrónico del Gran Canaria Arena cuando un examarillo, el pívot Uros Slokar, ponía a tan solo dos puntos al Baloncesto Sevilla (57-55). Pero el alero australiano del Granca miró a su compañero Salin y no dudó en pedirle el balón. Se sentía seguro, en racha, armó el brazo desde el perímetro e hizo los deberes: tres puntos de oro que desatascaron al cuadro claretiano, aún convaleciente del correctivo endosado por los de Luis Casimiro en el tercer cuarto (parcial 13-21).
Pese a que padecía una bursitis en uno de ellos, Newley hincó los codos, estudió las debilidades defensivas del colista de la Liga Endesa y se aprovechó de ellas para poner distancia. Segundo máximo realizador del Granca y del partido (13 puntos), el de Adelaida es un estudiante duro y diligente, de esos que persisten en su objetivo, que no se rinden aunque el temario se complique. Y este partido era de esos, en los que uno se relaja, porque piensa que tiene la lección sabida.
Correoso sobre la pista, el alero australiano también mostraba su buen hacer desde la línea de personal (67%), de dos puntos (80%), ... Mientras, Slokar seguía tirando del carro sevillista para rozar la igualada. Pero Newley contó con unos compañeros de clase solidarios para sacar el trabajo adelante.
Por un lado, Kuric, que salió del perímetro, su zona de confort, para contribuir desde la línea de personal (4/4, 100%), en tiros de dos, y en la retaguardia, con un tapón ejecutado sobre Bamforth y un total de cinco rebotes. Por otro lado, Báez. El ala-pívot dominicano del Granca también se convirtió en una referencia defensiva, con seis capturas.
Además, Newley aportó visión de juego. Cuando el pívot esloveno del cuadro claretiano, Alen Omic, aprovechó la asistencia del australiano para escaparse en el cuarto periodo 66-59, el feudo de Siete Palmas respiró aliviado y explotó al son del himno de guerra. "¡Alé-amarillo-alé-alé!".
Tampoco se amilanó cuando tenía enfrente a otro estudiante combativo como él. Newley plantó cara y sacó mejor nota que los norteamericanos del Sevilla, LaDontae Henton y Scott Bamforth. Ni siquiera el escolta Berni Rodríguez le hizo sombra, aunque opuso un férreo marcaje. El australiano fue el jugador mejor valorado por la ACB (15), a la par con Sasu Salin, que acabó máximo artillero del choque con 14 puntos.
Minuto 38. El escolta finés entra en pista por un Newley fatigado, pero en paz por el deber cumplido. Y también la marea amarilla es justa en su dictamen. Ovacionó al australiano, que vio la victoria claretiana desde el banquillo.
