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El Granca se desmelena

Los amarillos apabullan al Basket Brindisi a través de un primer cuarto para enmarcar y siguen líderes del grupo con otra exhibición de juego colectivo

Oriol Paulí en pleno salto para machacar el aro del Basket Brindisi. JOSÉ CARLOS GUERRA

Rápido, sencillo y para toda la familia. La coletilla la usaba Kristian Pielhoff, el colorado presentador de Bricomanía durante años. Con esas tres palabras definía las construcciones que realizaba este showman, que alcanzó la fama televisiva en los 90. Ese mismo eslogan se le puede aplicar al baloncesto que levantó el Granca ayer en el Arena para pulverizar al Basket Brindisi, con un primer cuarto soberbio que encauzó un duelo y el liderato en Eurocup de un equipo que se gustó sobre el parqué hasta superar la barrera de los cien puntos (103-76).

De entrada, el comienzo de guión de este espectáculo lo escribió Alen Omic, que empezó en plan jugón. El ritmo del Herbalife se cimentó alrededor del gigante esloveno. Desde antes del inicio, con los últimos segundos para que comenzara el partido dio pie a su ritual. Mirada al fondo, marcada por su morro hacia delante, ceño fruncido y palmas hacia arriba para alentar al Arena. Así el partido se hizo amarillo con él como referencia. No sólo por la primera canasta de su equipo (2-2) sino por su influencia en el juego.

A diferencia del resto de duelos de esta temporada, el Herbalife se olvidó del juego exterior y mostró otros recursos. Los tiros de tres fueron selectos y su ejecución también. El primero, cuando ya habían pasado cuatro minutos, en medio de la exhibición de Omic -acabó con diez puntos el cuarto- y encestado por Pangos (15-7). La respuesta del Brindisi, un tiempo muerto que no cambió el devenir del partido.

Más bien todo lo contrario porque el Granca con ese triple abrió un parcial de 17-3 que puso en bandeja el envite a los de García Reneses. Salin, sin disparar su ráfaga de tiros locos, encontró buenos balones para romper el partido en un pestañeo. El resultado de un juego alegre y brillante acabó con un 31-13 para cerrar el cuarto que hablaba sólo.

Había tan poco que decir que Aíto apenas se levantaba de su silla. La ventaja de 21 puntos (34-13) con la que se abrió el tercer cuarto tras un triple de Kuric adormeció más aún el encuentro mientras que el Brindisi dejaba escapar muy rápido su ilusión por firmar su primera victoria del torneo. El baloncesto total del primer periodo dejó paso a un momento de tránsito en el Granca. Las rotaciones, la tímida reacción de los italianos con el camerunés Kadji -su mejor hombre- a la cabeza y la amplia renta amainó el huracán del Herbalife. Esa combinación de variables no desdibujó del todo al Granca , que manejaba la distancia en el marcador con comodidad. Tanto que lo máximo que se acercó el Brindisi al Granca en el electrónico estuvo en los 12 puntos (41-29). Incluso con varios minutos para Pasecnicks en pista, el Granca mantuvo la compostura y se fue al descanso camino de los 100 (50-35).

La diversión

El descanso no tornó el devenir de un partido que el Granca tenía en el bolsillo desde los primeros diez minutos a poco que hiciera las cosas medianamente bien. Mientras Scott y Gagic se esmeraban en acercar a su equipo, cada canasta del Granca rompía el hilo de esperanza que guardaban los transalpinos. Siempre más cerca de agarrar ventajas cercanas a las dos decenas que a las que se quedan en un dígito, los amarillos mataban el duelo. Porque cualquier intento de reacción italiano resultaba inútil. Con la sonrisa de un Salin inspirado -llegó a los 20 puntos- y el tesón de Newley -que volvió a lucir codera por su bursitis- el Herbalife se lanzó para cerrar el tercer acto con otro parcial demoledor: 17-5 (77-52 en el marcador). Mucho para un rival que desde hacía tiempo estaba fuera.

Ese tanteo en el electrónico desató la fiesta. Hablar de diversión es casi hacerlo de juventud. Aíto dio en los últimos minutos de partido la manija del juego por completo a Oriol Paulí, en busca de dosificar a su plantilla. El catalán se gustó. Pases por la espalda, alley oop y el honor de anotar la canasta que puso los tres dígitos en el casillero del Granca. Lo dicho, una exhibición de baloncesto fácil, sencillo y para toda la familia.

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