Este nuevo evento, la LPA Trail 2016, se celebró el pasado sábado día 30 en víspera del Día de las madres en la ciudad de Las Palmas de gran Canaria. Como puede apreciarse el las fotos, fue una jornada festiva y de gran participación popular, tanto en la carrera casi campo a través de unos 10 Km como en la de 20.

No es que las cabras, y por aquello del lenguaje incluyente también los machos cabríos, tiren "pa'l monte y no pa'la carretera", como cantó el gran humanista grancanario que fue Néstor Álamo en su célebre canción "Cabra loca", sino porque el Ayuntamiento no para de organizar eventos para poner a la gente a correr y a trotar sin pausa. Esta vez, por el recorrido elegido, las molestias ciudadanas han sigo sensiblemente menores que en otras ocasiones, aunque hay que reconocer o al menos yo lo hago sin reservas, que estas carreras tan participativas, alegres y coloridas, bien merecen el pequeño sacrificio que supone la restricción del tráfico de vehículos o el cambio de algunas paradas de guaguas por unas pocas horitas.

Si la salida desde la Plaza de Santa Ana estuvo llena de alegría desbordante, buenos propósitos, risas y abrazos a familiares y amigos de los corredores inscritos, la llegada a la meta reflejaba el pundonor de muchos de ellos por haber completado un reto difícil para bastantes. Se trataba de participar para la gran mayoría, también de ganar para otros, pues al fin y al cabo el deporte espectáculo tiene un gran componente de competición que le proporciona un particular atractivo.

Había corredores que llegaban al tramo final entre risas y celebraciones, por mucho que algunos nos extrañara que estuvieran tan frescos después de estar corriendo por unas cuantas horas por esos montes de Achamán, sin eco que les respondiera como reza la "Cantata del Mencey Loco" de Los Sabandeños. En unos risas y posados a este reportero gráfico, que sudaba con sólo verlos pasar por la calle Juan de Quesada. En otros gesto de franco agotamiento, pero con la firme voluntad de acabar la carrera con pundonor. En todos los casos, un ejemplo de deportividad digna de elogio y felicitaciones.

Y, como no podía ser menos, el cronista de la ciudad, J.J. Laforet, tomando cumplida nota de todo lo que acontecía para inmortalizarlo después en los anales de Las Palmas de Gran Canaria. Los "cienes y cienes" de teléfonos móviles tomando fotos, también dejarán un buen recuerdo de este evento, especial aunque no singular porque las carreras de fondo ya son muy tradicionales en esta ciudad y en esta isla de Gran Canaria.

Al paso de los corredores por el antiguo Puente de Piedra, una de las descocadas musas les ofrecía a los participantes un racimito de uvas, así como quien dice sin decir, tentándolos a dejar el esfuerzo y dedicarse a "haber ayuntamiento con fembra placentera" que diría el Arcipreste de Hita. O como hacía con Ulises (Kirk Douglas) la diosa Circe, algo burujilla ella, encarnada en la espectacular Silvana Mangano en la mítica película de 1954. Hasta un caballo tirando de una calesa se decía a sí mismo: "yo trotando por obligación y todos estos por devoción, ¡que cosas raras hacen estos humanos!"... no deja de tener su razón, compartida por tantos mirones sentados en Obispo Codina frente a una cervecita bien fresca viendo pasar a los agotados y sedientos corredores.

En resumen, un gran evento deportivo y festivo en un día radiante de sábado en Las Palmas de Gran Canaria y que demuestra que fuera de la política hay vida inteligente... ¡y sólo ahí!, mi querido Pepe Belda, apostillaba un amigo canarión con mucha arretranca y con virginio en las comisuras de los labios.

Aunque soy consciente que algunas de las fotos que se publican están desenfocadas, cosa sólo imputable a mi torpeza técnica, por su valor documental y humano he preferido mantenerlas. Y si se logra con este reportaje arrancarles una sonrisa en el Día de las Madres, me doy por satisfecho.