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Esos locos bajitos

Kevin Pangos y DJ Seeley, con 25 y 18 puntos respectivamente, lideran el triunfo de un Granca que superó la baja de Alen Omic

El escolta californiano DJ Seeley cuelga un balón a la canasta entre Marko Popovic y Oliver Stevic. QUIQUE CURBELO

'Esos locos bajitos'. Ése es el título de una de las canciones más reconocidas de la carrera de Joan Manuel Serrat. Dedicada a la prole, a los niños, años después de su lanzamiento, el cantautor catalán explicaba el porqué de su nombre. "Miguel Gila me dijo que son locos bajitos. La evidencia es clara. Son bajitos y están locos. Nada más hay que vivir con ellos, nada más hay que sentir esos sueños que los adultos con las tijeras les van cortando para convertirlos en estas cosas que andan por las calles con pantalones y faldas", reconocía en el programa Música Maestro de Televisión Española.

Kevin Pangos y DJ Seeley ya no son precisamente niños. El base de Ontario, algo más -suma 23 años-; el escolta californiano, algo menos -cuenta con 26-. Sin embargo, poseen todavía ese espíritu de divertirse con lo que hacen, de ser felices jugando al baloncesto. Mantener ese ánimo, donde las sensaciones supeditan a las verjas coyunturales, en un baloncesto moderno que tiende más a premiar el físico que el talento, no resulta siempre fácil. Ayer, la pareja norteamericana flotó a la perfección sobre el parqué del Gran Canaria Arena para guiar al Herbalife a su vigesimoprimera victoria en la Liga Endesa.

"Niño, deja ya de joder con la pelota". Es una de las frases más reconocibles de ese tema de Serrat. Seguro que alguna vez, tanto a Pangos como a Seeley, les soltaron alguna frase similar, bien en el porche de sus casas o desde la ventana de algún vecino mientras tiraban al aro o botaban el balón contra el suelo. Hoy, la esencia se mantiene. El ex de la Universidad de Gonzaga acabó el partido con 25 puntos, mientras que el exescolta del Besiktas consiguió llevarse a la boca otros 18 puntos. Ambos juegan con magia.

Un hecho que volvieron a demostrar en el partido frente al Montakit, un equipo que se ha alzado como revelación de la temporada gracias precisamente a la buena temporada de sus jugadores exteriores, los más habilidosos. Marko Popovic, Jonathan Tabu e Ivan Paunic han lanzado al 'Fuenla' a encontrarse en posiciones de Playoff - con la participación de la Copa del Rey de La Coruña incluída-. Todos bajitos impulsados con imaginación y corazón.

Al Herbalife solo le valía entregarse a sus jugones ayer. Y es que el pívot Alen Omic, con una distensión en el sóleo de la pierna izquierda, se quedó fuera de la convocatoria. El gigante de Tuzla es el líder en valoración del equipo y refencia en la pintura. Sus 12.4 puntos y 7 rebotes de media, han hecho de Omic el centro del Granca durante gran parte de la temporada, pero ayer no estaba.

Un déficit de centímetros que el Granca explotó con sus locos bajitos. Si en los últimos dos partido de Liga Endesa el conjunto claretiano solo consiguió anotar nueve triples -cinco contra el Estudiantes y cuatro frente al Barça-, ayer, solo en el primer cuarto, se marchó hasta los siete. Tres de ellos llevaron la firma de Pangos. Otros dos, la de DJ Seeley. Salin y Newley completaron el festival del triple en los primeros diez minutos de partido.

Al final del choque, cuando los cuarenta minutos se consumieron, el Granca acabó con un porcentaje desde el 6,75 más acorde a lo que ha hecho durante la temporada, con un 42% de éxito (15/35). El acierto volvió a situarse en esta ocasión del lado del Herbalife Gran Canaria.

Si Pangos y Seeley pudieron soltarse y brillar también fue gracias al trabajo de los pívots. Savané, al alza en las dos últimas jornadas, dio un paso al frente ante la baja de Omic. Anzejs Pasecniks, moldeado bajo el torno de García Reneses lentamente durante este curso, también cambió su rol ante la baja del esloveno. Reboteando con calidad y unidos a Eulis Báez, hicieron fuerte el aro del Granca.

Eso unido a la felicidad que rondó las cabezas de Pangos y Seeley para crear, inventar y anotar sin miedo al error, elevó al Granca a conseguir su tope anotador en la historia de la Liga Endesa. Ayer le tocó a Pangos y Seeley, pero el Herbalife ha demostrado que los nombres se pueden turnar. Porque otros días Salin, Oliver o Kuric aparecen para dejarse llevar y disfrutar como niños en la pista. Algo que tampoco es casualidad. Para llegar a eso se precisa tener un tutor que clave la distancia perfecta entre el orden y la libertad. "Nos empeñamos en dirigir sus vidas sin saber el oficio y sin vocación. Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción" seguía Serrat. En esa estrofa, Aíto se paró.

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