Esta noche hay algo más en juego que un puesto en la final de la Eurocopa. Portugal y Gales, como equipos, buscan dar una alegría a sus ciudadanos. Pero los madridistas Gareth Bale y Cristiano Ronaldo se juegan también su prestigio individual. Ronaldo, a los 31 años, quiere seguir siendo el mejor jugador del continente. Bale, de 26, aspira a arrebatarle esa simbólica corona, lo que significaría también relevarle como el jugador más determinante del Real Madrid.

Cristiano Ronaldo lleva algún tiempo dando algunos signos de flaqueza. Su físico ya no aguanta como antes y las lesiones le han mermado en muchas fases de la temporada. Los años no pasan en balde y la acumulación de récords del portugués da a entender que lo mejor de su carrera ya pasó.

Todo lo contrario le sucede a Bale. El galés acabó la temporada en el Madrid en un momento de forma espectacular, acudiendo al rescate de los blancos en momentos decisivos. Es el líder indiscutible de Gales y ya sólo haber metido en semifinales a un país tan pequeño y en el que el fútbol es secundario en comparación con el rugby es por sí solo un éxito.

Que Bale consiga tomar la alternativa dependerá en buena medida de lo que suceda hoy y también de qué versión de Ronaldo se vea. Si el portugués es el mismo que erró una ocasión tras otra en los cuartos de final ante Polonia, siendo el principal responsable de que su selección tuviera que ganarse el pase a las semifinales en la prórroga y no lo solventara en los 90 minutos, Bale tendrá una oportunidad de oro.

La otra posibilidad es que comparezca el Ronaldo decisivo. En esta Eurocopa sólo se le ha visto serlo en el último partido de la fase de grupos, en el empate (3-3) ante Hungría, cuando evitó una desastrosa eliminación de los lusos con dos goles ante una selección que por otro lado tampoco debía suponer una gran dificultad para un equipo del nivel que tiene la plantilla de los lusos.

Cristiano Ronaldo, el jugador que más partidos (19) ha disputado en fases finales europeas, el primero en marcar en cuatro consecutivas (desde la edición de 2004), el que está a un gol de igualar a Michel Platini como máximo goleador histórico de la competición, con nueve tantos, puede empezar a ver el ocaso de su carrera ante un pujante Bale.