El día que el estadio Mané Garrincha de Brasilia se colmó de hinchas para ovacionar a Neymar, Gabriel Jesús y compañía, las miradas de admiración llovieron sobre el guardameta Itumeleng Khune, primer responsable del empate sin goles que Sudáfrica sacó a Brasil en su debut en los Juegos Olímpicos. La Canarinha olímpica lo intentó de todas formas para allanar el camino hacia la medalla de oro que se insinúa pero se le resiste, como en 2012, cuando al final terminó siendo de plata. Pero Sudáfrica, con un juego rocoso en defensa y agresivo, osado en ataque, jamás se intimidó. Khune sostuvo al menos tres mano a mano con Neymar y en todos salió airoso. Efe.