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Golf

La terapia del mar y las olas

El golfista Rafa Cabrera Bello apura unos días de surf en la Isla como previa al regreso de la competición con la Ryder Cup en el horizonte

El golfista Rafa Cabrera Bello cabalga una ola en Bali, isla de Indonesia, donde se enganchó al surf. LP/DLP

Es raro que Rafa Cabrera Bello, entre avión y avión, entre torneo y torneo, tenga algo de tiempo para pararse, desconectar y disfrutar del momento. Es raro también, que entre desplazamiento y desplazamiento, entre escalas en aeropuertos y horas de viaje, pueda contemplar lo que le rodea. Es raro, pero a veces, se da.

Algo así le pasó al golfista grancanario hace unos seis años en Indonesia. Después de un torneo en sudeste asiático, Cabrera Bello no quiso perder la oportunidad de acercarse a la isla de Bali, una de las provincias más turísticas de Indonesia, que guarda en sus playas algunas de las mejores olas para practicar surf en todo el mundo. Y en ese recóndito lugar del planeta, donde se junta el trajín de turistas, con la arena blanca y el agua cristalina, solo manchada por el coral, el mejor golfista canario de la historia encontró un deporte que alimenta de energía cada uno de sus descansos.

En Bali, con el resto de sus compañeros del mundo del golf -donde se encontraba incluso Miguel Ángel Jiménez, puro en boca-, el golfista grancanario empezó a remar e intentar levantarse en la tabla. Una pasión que desde entonces le ha acompañado y con la que complementa sus meses de competición.

De hecho, cabalgar las olas de Gran Canaria es algo a lo que se ha dedicado Rafa Cabrera Bello en estos días. El golfista, tras el Wyndham Championship celebrado en Carolina del Norte, donde finalizó en la quinta posición, ha aprovechado estos días de desconexión en la Isla para retomar el contacto con la tabla y las olas. En La Cícer, en la zona de Los Muellitos, donde Cabrera Bello continuó perfeccionando su surf tras aquella primera experiencia, Cabrera Bello ha dejado a un lado su bolsa de trabajo para disfrutar en el Atlántico, en su casa.

El Norte, su 'spot' favorito

Sin embargo, además de a la orilla del Auditorio Alfredo Kraus, Cabrera Bello tiene otros lugares donde poder dejar atrás el trajín del green del golf. Cabrera Bello tira rumbo al norte de la Isla para rastrear más y más olas. Pendiente siempre a las previsiones, en cuanto sube la fuerza y el viento sopla a la perfección, se recorre Vagabundo, Boquines, El Puertillo o El Paso en busca de algo más. "Le encanta. Es una forma que ha encontrado para relajarse. Llama a un par de amigos y se pasan el día por ahí, tres o cuatro horas en el agua", explica su padre Rafael Cabrera.

Pero el golfista grancanario, que ha completado un año mágico al pasar del puesto 111 del mundo al 27, no utiliza el surf solo como una vía de escape al mundo de la alta competición. En el mar, Cabrera Bello ha encontrado un socio perfecto para estar en forma. Tanto que incluso ha decidido adquirir una casa en Bali.

Además de las olas, el golfista capitalino no ha dejado de entrenar, tanto en Meloneras como en Bandama, en las instalaciones del Real Club de Golf de Las Palmas -que se encuentra en la celebración de su 125 aniversario-. Un lugar en los adentros de la capital donde se ha reencontrado con su primer menor, Emilio Perera, el entrenador que acompañó a Cabrera Bello en sus primeros pasos en el mundo del golf.

En los próximos días, el golfista partirá en busca de nuevos retos. Lo primero que tiene entre ceja y ceja es el Abierto de Italia. Un aperitivo antes del plato fuerte del año: la Ryder Cup, donde Europa se enfrenta a Estados Unidos. Por primera vez en su carrera, Cabrera Bello estará en una cita mágica.

Echar la vista atrás en este año de Cabrera Bello supone ver al canario en el Másters de Augusta -también por primera vez- o en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde acabó con diploma. De momento aún le quedan algunas horas antes de dejar atrás el neopreno y volver a colocarse la gorra.

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