El Herbalife Gran Canaria reacciona de forma espectacular al duro varapalo que supuso el punto y final de su andadura europea tras caer el pasado viernes en la eliminatoria de cuartos frente al Hapoel Jerusalem. Había inquietud por saber cómo superaría el conjunto amarillo la decepción vivida ante el cuadro hebreo ni 48 después de la misma. En lo mental, con un grupo afectado moralmente al tener que despedirse de un torneo, la Eurocup, donde había ilusión por hacer algo importante; y en lo físico, en una semana saturada de partidos y viajes interminables.

Pues bien, los hombres de Luis Casimiro despejaron con suficiencia todas la dudas previas al duelo de ayer contra el Rio Natura Monbus Obradoiro. Los amarillos encadilaron cuando de nuevo les tocó ponerse el traje de la Liga Endesa. Después de triunfos de prestigio ante rivales de la zona noble de la tabla, Unicaja Málaga, Iberostar Tenerife y Real Madrid, lograron su cuarta victoria consecutiva en la competición nacional apabullando a un adversario sin tanto tronío.

El 91-57 que registraba el electrónico del Gran Canaria Arena al final del duelo reflejaba bien a las claras las diferencias entre dos contendientes situados en polos opuestos de la clasificación. Un equipo, el claretiano, cómodamente instalado en posiciones de Playoff y otro, el gallego, con el agua al cuello para lograr la permanencia.

Estas diferencias de estatus se evidenciaron desde el salto inicial hasta que se bajaba el telón de un choque sin historia, que se convirtió en un festival local desde el acto inaugural. Tras los primeros diez minutos, el Granca ya dominaba por una diferencia de 18 puntos (29-11), que por lo que se estaba viendo en la cancha se atisbaba ya insalvable para el Rio Natura Monbus Obradoiro. Es más, periodo a periodo se fue agrandando: +22 en el segundo, +32 en el tercero y +34 en el último. Finalmente, se convirtió en el cuarto triunfo más amplio del Herbalife en toda su historia en la máxima categoría.

Como decíamos anteriormente, el Granca lo bordó. En defensa, se mostró intenso y con un actitud feroz. En ataque, su actuación resultó impecable; los doce hombres de la rotación anotaron, sobresaliendo en este apartado Sasu Salin y Pablo Aguilar, máximos realizadores del choque con 13 puntos.

Todo lo contrario ocurría en el caso del Rio Natura Monbus Obradoiro, muy endeble atrás y obtuso a la hora de mirar el aro. Una muestra, su paupérrimo porcentaje desde la línea del triple, con un 12% (2/17). Otro dato irrefutable que refleja bien a las claras las diferencias que hubo en la cancha lo encontramos en la valoración final: 109 para los amarillos y 42 de los gallegos.

El único momento de igualdad llegaba en los albores del duelo con el 4-4. A partir de ahí, surge la figura de Sasu Salin. Con varios robos de balón y ocho puntos empezaba a poner los pilares del triunfo. Una reacción que se encumbraba con una canasta de Eulis Báez para firmar un parcial de 12-1. Los once puntos de ventaja del Granca (16-5) seguían creciendo a medida que se desgraban los minutos: 29-11 al final del primer acto (+18).

Ante la avalancha, el Rio Natura Monbus Obradoiro, en el segundo cuarto, cambiaba a defensa zonal, una circunstancia que dificultó en algo las acciones atacantes de los locale. En el arranque, con un robo culminado en mate por Pablo Aguilar, estos habían alcanzado una veintena de ventaja (33-13). Posteriormente se llegaba al +22 tras un triple de Eulis Báez. Una tímida reacción gallega dejaba el marcador en 41-25 con un parcial de 0-6 culminado por dos tiros libres de Eimantas Bendzius.

Se trataba de un espejismo, pues en el tramo final de este segundo acto el acierto de Kyle Kuric desde la línea de tres dejaba el 49-25 (+24). SantiagoYusta descontaba dos para poner el 49-27 al descanso (+22)

Ni después del tiempo para la reflexión despertó el Rio Natura Monbus Obradoiro de su carajera.Ni el Herbalife Gran Canaria se enfriaba. Los amarillos salieron intratables; a golpe de triple llegaban a la treintena de ventaja cuando no se había disputado ni cuatro minutos del tercer cuarto, con aciertos para Pablo Aguilar, Bo McCalebb, Anzejs Pasecniks y Sasu Salin (61-31). Pero no paró ahí la sangría. Se alcanzaba el +34 con las aportaciones de Bo McCalebb, Albert Oliver y Oriol Paulí, quien anotaba el 68-34. A falta de dos minutos para el final de este periodo, el Herbalife ya doblaba en el marcador a su rival.

El alero catalán, en su primera irrupción en pista, protagonizó acciones estelares y muy espectaculares algunas de ellas, como su mate para culminar un alley-oop servido desde campo propio por Albert Oliver. Precisamente, dos puntos de este último bajaban el telón del tercer acto (72-40, +32).

El último cuarto, ya con todo decidido desde casi el primero, tuvo un inicio algo peculiar después de lo visto hasta ese momento. Y es que el electrónico no sufrió variaciones durante los tres minutos iniciales. Y hubo canastón para acabar con la sequía. Ryan Hollins, un especialista, la metía para abajo en un alley-oop a pase aéreo de Oriol Paulí, que a estas alturas del encuentro actuaba como base en el cuadro amarillo.

La acción anteriormente comentada ponía el 74-40. Una diferencia de 34 a favor que el Granca supo administrar, punto arriba, punto abajo. En 36 estaba tras canasta de Kyle Kuric a falta de 3.23 para la conclusión, momento en el que Artem Pustovyi conseguía poner el 50 en el tanteador del Rio Natura Monbus Obradoiro, marca pírrica para cualquier equipo de la Liga Endesa, y que refleja la buena defensa amarilla y los problemas para anotar de su oponente gallego.

De ahí hasta el final, dejar correr el reloj con más florituras que aciertos hasta el 91-57 que registró el electrónico de un Gran Canaria Arena que vivió todo un festival de baloncesto a cargo del Herbalife Gran Canaria. Con rotundidad, demostraba haber superado el duro golpe que supuso el caer eliminado de la Eurocup solo dos días antes y ante su público. Ahora solo queda seguir remando hacia un final de campaña más fructífero.