Carla Suárez, después de su esperanzador inicio en Roland Garros el martes al vencer a la griega María Sakkari por 4-6 y 2-6 en 1 hora y 23 minutos, tiene ante sí un duro escollo en la segunda ronda del torneo parisino, el Grand Slam sobre tierra batida de la temporada. La grancanaria, 21 cabeza de serie en el torneo, se ve este viernes las caras con un rival que se le atraganta, la rumana Sorana Cirstea.

Por el momento, la isleña, cuartofinalista en París en 2008 y 2014, presenta un balance negativo con su próxima adversaria, 64 del mundo que en su debut se mostró muy superior ante la china Peng Shuai (6-3, 6-1). En las cinco ocasiones que se han visto las caras, la española ha caído derrotada cuatro veces y se ha impuesto en una.

Carla Suárez, 23 en el ranking del circuito femenino, confía en un triunfo ante Sorana Cirstea en su superficie favorita, la tierra batida. Recuerda que la rumana la eliminaba en el Abierto de Australia, el pasado mes de enero. La grancanaria, en aquella ocasión, caía por 7-6 (1) y 6-3 en la segunda ronda.

Las cosas han cambiado desde aquel enfrentamiento en el primer Grand Slam de la temporada, donde la grancanaria se presentaba a última hora tras ser baja en los torneos anteriores de Brisbane y Sydney por una lesión en el hombro.

"Es una jugadora que me conoce, sabe cómo hacerme daño. El tenis femenino está muy igualado. Si bajas una marcha, te comen. Tienes que estar al 100% en todos los sentidos. Me gustaría poder hacer mi juego, que ella no pueda jugar agresiva", apunta.

Ahora, Carla Suárez, que hasta el momento está firmando una temporada muy irregular, espera rendir a mejor nivel: "Me siento bien físicamente hablando. Que yo gane partidos no depende de un tema físico o tenístico, sino mental. Estamos en esa pelea como cada semana". Eso sí, reconoce que el año pasado y el anterior había llegado al Roland Garros "un poco mejor" que en esta edición.