Según el INE, todos los principales registros interanuales de la Contabilidad Nacional son mínimos históricos, es decir son los peores desde 1970, primer año con cifras homogéneas de esta estadística.

El fuerte retroceso interanual del Producto Interior Bruto se debió a la caída en 7,3 puntos de la demanda interna -consumo e inversión-, que no pudo compensarse con la aportación positiva del sector exterior, que fue de 3,1 puntos.

Entre abril y junio el consumo de los hogares, que lleva cuatro trimestres retrocediendo, acentuó su caída hasta el 5,9%, debido según el INE al fuerte descenso del empleo, lo que provoca un descenso en el nivel de ingresos de las familias.

El INE destaca que aunque los indicadores de seguimiento del gasto de los hogares siguen mostrando tasas altas de decrecimiento se observa que "algunos de ellos repuntan" en este trimestre, como es el caso de las ventas de automóviles y el índice de comercio al por menor, en sintonía con una percepción menos negativa de la economía por parte de las familias.

En cuanto a la inversión, que lleva cinco trimestres de caídas, retrocedió un 17% con respecto al mismo periodo del año anterior.

La escasa demanda de bienes de equipo, debida al pulso débil de la producción industrial o de la importación de estos materiales, hace que este apartado de la inversión sea el peor parado, con una caída del 28,9%.

En menor medida cae la inversión en construcción, con una bajada del 12%, en un trimestre en el que la obra en infraestructuras creció el 1,2% aunque la inversión en vivienda cayó el 25,5%.

En cuanto al consumo público, el de las diversas administraciones, aumentó el 5,1%, 1,3 puntos menos que en el primer trimestre, debido al menor ritmo de avance de las compras de bienes y servicios, parcialmente compensado por el aumento de la remuneración de los asalariados públicos.

En el análisis de la demanda externa, que aportó 3,1 puntos al crecimiento, el INE recuerda que tanto las importaciones como las exportaciones decrecieron, aunque en menor medida que en el primer trimestre.

Así, las exportaciones desaceleraron algo su caída al bajar el 15,7% (frente al 17,6% del primer trimestre), debido a la mejor evolución de la demanda interna en los países a los que más vende España sus productos, especialmente la Unión Europea.

Mientras, las importaciones se contrajeron el 22,3%, seis décimas menos que en el primer trimestre.

En ambos casos se aprecian mejoras en el comercio exterior de bienes y servicios.

Por el lado de la oferta, la actividad siguió cayendo en todos los sectores, excepto en los servicios de no mercado, que subieron el 3,2%.

Industria registra la mayor caída, con un retroceso en su actividad del 18,1%, seguida del sector energético, que cayó el 9,7%, la construcción (-6%), los servicios de mercado (-2,3%) y la agricultura y pesca (-1%).

La mayor caída del empleo la siguió registrando la construcción, con un retroceso del 25,3%, seguida de las ramas industriales y energéticas, donde los puestos de trabajo se redujeron el 12,3%.

La productividad aumentó en el segundo trimestre el 3,2%, una décima menos que en el primero.

Pese a los malos datos registrados, el INE recuerda en su nota que otros países han registrado caídas interanuales mayores que la española.

Es el caso de Alemania, que aunque en términos intertrimestrales comenzó a crecer, registró una caída interanual del 5,9%, superior en ocho décimas a la del primer trimestre. La economía italiana cayó el 6%. La economía portuguesa retrocedió el 3,7% y la francesa el 2,6%.

Al igual que España, entre abril y junio otros países mostraron una caída interanual más intensa que en el primer trimestre, como es el caso de Holanda (5,1%), Austria (4,4%) o el Reino Unido (5,6%).

El PIB del conjunto de la Unión Europea decreció un 4,8% en el último trimestre, una décima más que en el trimestre previo, y en el caso de la zona del euro el PIB repuntó tres décimas hasta situarse en el -4,6%.