El consejo de la Caja de Canarias (La Caja) dará mañana otro paso relevante en el curso de su integración en el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), el Sistema Institucional de Protección (SIP) que lidera Caja Madrid y del que forman parte otras cinco cajas, además de las dos anteriores. El consejo aprobará transferir el 100 % de los activos (9.305 millones de euros) y pasivos (9.302 millones en depósitos) de su negocio bancario minorista al BFA que preside Rato. Una vez que lo haga, el BFA cederá la gestión (no la propiedad) del negocio de banca minorista a las entidades.

Caja Madrid y Bancaja ya han adoptado acuerdos en tal sentido esta semana y está previsto que en los próximos días el resto de cajas que conforman el SIP (La Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Segovia, Caja Rioja y Caja Ávila) celebren consejos de administración para aprobar acuerdos en tal dirección.

El traspaso de la propiedad de los activos y los pasivos de las cajas al BFA es un paso necesario e ineludible para la integración progresiva de estas siete cajas en un banco (el BFA). Al mismo tiempo que la Caja de Canarias transfiere sus activos y depósitos, el consejo del BFA, del que forma parte la entidad que preside Suárez del Toro, acuerda la cesión de la gestión del negocio bancario tradicional a la misma. A efectos de sus clientes, nada cambia en la operativa bancaria y se trata de una formalidad jurídica necesaria para la integración de estas siete cajas que constituyen ya por el volumen de sus activos el tercer banco de España después del Santander y el BBVA.

Fuentes bancarias aseguran que esta formalidad jurídica permite, a la vez que profundizar en la integración, mantener la naturaleza de cada una de las entidades de crédito que conforman el BFA, ya que ejercerán las facultades de gestión sobre la actividad del negocio minorista, con su marca y en sus territorios naturales. El traspaso de los activos y pasivos al banco se enmarca en el modelo de integración desarrollado por el grupo, a través del cual las siete cajas unifican sus políticas financieras y comerciales y mutualizan, asimismo, el 100 % de los beneficios.

El nuevo grupo funciona ya desde el 1 de enero pasado como una única entidad y desde hace días no cobra por el uso de los cajeros del SIP. Se trata en la práctica del tercer banco del país por tamaño (340.000 millones en activos) y el primero por volumen de negocio en banca comercial y de empresas (más de 390.000 millones).