Todo está a punto en Bankia para su puesta de largo. El banco en que se incluye La Caja de Canarias junto a otras seis cajas -Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia- va a dar la próxima semana un paso definitivo para su salida a Bolsa. La aprobación del folleto con el que saltará al parqué por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es inminente.

La Oferta Pública de Suscripción (OPS) comenzará a concretarse desde ese mismo instante y dará la medida de lo apetecibles que resultan a los inversores los títulos del primer banco español formado por cajas de ahorros que se enfrenta al mercado. Bankia se la juega, sí, pero con ella lo hace también la reordenación del sistema financiero diseñada por el Gobierno central. Además, de concretarse con brillantez la irrupción en el mercado, reduciría la percepción negativa que las finanzas internacionales tienen actualmente de España.

Durante las últimas semanas, hemos asistido al tradicional envío de mensajes cruzados para ponderar el descuento que Bankia puede ofrecer para aparececer ante los inversores como un valor apetecible.

De entrada, se impone la obligación de que el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, no pierda el control de la entidad, es decir, que mantenga en su poder al menos el 51% de los títulos. Sacralizado ese parámetro y conociendo el valor en libros de Bankia al cierre del primer trimestre del año -13.276 millones de euros- el descuento no podrá desviarse mucho de la horquilla que va entre el 40% y el 50%. Si el descuento es menor, se corre el riesgo de aparecer como un valor caro y con poco recorrido alcista.

Dependerá también de hasta dónde llegue la voracidad de Bankia. El objetivo es captar en el mercado entre 3.000 y 4.000 millones de euros, aunque la exigencia del Banco de España se limita a los 1.795 millones necesarios para cumplir el criterio del 8% de core capital que deben cubrir las entidades cotizadas. A medida que el volumen total a captar se acerque a los 4.000 millones el descuento deberá decrecer, precisamente para no correr el riesgo de perder el control.

Además, los expertos advierten de que pasar el umbral del 50% de descuento supondría estar regalando los títulos. Esa imagen tampoco puede darse. Otros analistas incluso aseguran que si la entidad que preside Rato no es capaz de vender con ese descuento, es mejor que se abandone en brazos de la segunda parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), lo que de facto significaría la intervención del poder público.

Pero no es ese escenario pesimista el que se maneja. Al contrario, la opinión más extendida es que el banco en que se incluye La Caja de Canarias logrará sin grandes apuros y con holgura mucho más de los 1.795 millones que necesita.

Los diseñadores de la operación de salida a Bolsa preveían tener a estas alturas aprobado el folleto. Sin embargo, la CNMV requirió a ultima hora del martes pasado una firma que no pudo concretarse en el resto de una semana de Corpus y largo puente en Madrid.

La leve incidencia no cambia los planes: el salto al parqué se producirá sobre mediados de julio. No se maneja otro escenario. La inestabilidad que provoca el despropósito de Grecia hizo temer por momentos tener que aplazar la salida a octubre. Lo cierto es que brokers y analistas estiman que eso no haría sino empeorar el teatro. La única opción que se contempla ya para un casi imposible retraso es que el plan de rescate de las finanzas helenas se tuerza y el despropósito alcance el grado de hecatombe.

Bankia prevé partir al 50% la colocación de sus títulos entre el tramo institucional y el minorista. Las visitas de Rodrigo Rato y su equipo a inversores y grandes compañías gestoras de fondos no han cesado desde el mes de febrero. El objetivo era conocer de primera mano el grado de receptividad a la aparición de Bankia en los mercados. Con la resolución del problema griego encaminada pero en pañales, mantener firme el timón en dirección al mes de julio significa que la respuesta de los posibles compradores es buena. Eso o que gran parte de ellos son nacionales, con lo que las dudas que les pueda generar el valor Bankia no vendrían dadas por la españolidad de la entidad.

El tramo minorista supone, al menos sobre el papel, la otra mitad del capital a captar. Para la venta, Bankia utilizará su amplia red de oficina repartida por toda la geografía española. La previsión es alcanzar una atomización muy elevada, con más de 300.000 particulares y una inversión media cercana a los 5.000 euros.

Pasan 17 años de la última irrupción en Bolsa de un banco, en aquella ocasión fue Banesto. Otro acicate que alimenta la expectación.