Ni por pereza ni por complicación. Cambiar de banco no tiene por qué ser necesario, a pesar de que muchos aboguen por la infidelidad a la entidad bancaria.
Ser fiel al mismo banco tiene, y puede tener, muchas ventajas. Aprender a negociar y tener a nuestro banco como aliado son las mejores claves para conseguir buenos resultados en nuestros productos de financiación y ahorro bancario.
Evidentemente si el banco pone de su parte; si nos trata como un cliente más y no nos ofrece ventajas, la opción de cambiar de banco buscando las mejores ofertas con comparadores de productos financieros no se tiene que demorar.
Que nadie lo malinterprete. Cambiarse de banco no es un proceso complicado ni tedioso, ni conlleva largas horas al teléfono o en la ventanilla de nuestro banco. Se trata de buscar la mejor rentabilidad para nuestros ahorros y esta, en muchas ocasiones, nos la puede dar nuestro banco de siempre.
Al no cambiarnos de banco podremos contar con una trayectoria crediticia en la misma entidad. Una información muy valiosa, por ejemplo, a la hora de acceder a un préstamo o una hipoteca. La principal ventaja de ser un cliente fiel en estos casos es la reducción del tipo de interés por la cantidad que solicitemos en nuestro crédito. Al convertirnos en clientes fieles durante años, pasamos a la categoría de “clientes preferentes”, aquellos que pueden contar con la confianza de la entidad a la hora de acceder este tipo de productos financieros.
Cuando se trata de nuevas oportunidades en productos financieros de ahorro e inversión limitados o con condiciones especiales como depósitos, bonos, fondos de inversión o acciones, la entidad llamará e informará en primer lugar a sus clientes fieles. De esta manera podremos acceder de manera exclusiva a productos con buena rentabilidad, que se ajustan a nuestro perfil de inversor y ahorrador. Sin embargo, es cierto, muchas entidades cometen el error de ofrecer los mejores depósitos a los nuevos clientes, no a los antiguos.
Comparar ofertas de cuentas remuneradas y demás productos habitualmente y acudir a nuestra entidad para negociar, en base a los productos de la competencia, es muy positivo para nuestros intereses.
