El último presidente de la Comisión de Control que tuvo La Caja de Canarias, José Ramón Durán Alday, afirmó ayer ante el juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso Bankia, Fernando Andreu, que la salida a Bolsa del banco en que se incluyó la entidad isleña se produjo cuando ya las cuentas estaban deterioradas, extremo que se ocultó a los inversores. "Se ha demostrado que había información para saber que aquello estaba hundido", explicó Durán.

En el análisis cronológico realizado a preguntas de los abogados de UPyD y el colectivo #15mPaRato, el exdirigente del órgano fiscalizador de La Caja explicó que la orden dada a finales de 2010 por el Banco de España para que las entidades que en aquel momento terminaron de conformar el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) reajustaran sus balances ya "demostraba que el problema estaba latente desde hacía tiempo". En aquel documento, el regulador exigía a las siete entidades mayores dotaciones, provisiones y una reordenación de la cartera de créditos con el objetivo de relajar los parámetros de riesgo de todas ellas.

Por esa misma razón calificó la venta de productos híbridos -participaciones preferentes y obligaciones subordinadas- como "una gran estafa". Según él, teniendo en la mano las cuentas que anualmente presentaba La Caja "ni un catedrático" podría saber que estaba sufriendo un engaño. "Quienes compraban preferentes en 2008 o 2009 podrían concluir que todo estaba bien" a la luz de los mencionados documentos.

Devolución del nominal

Estimó como ciertamente posible que los tribunales "echen abajo" todo el "asunto de las preferentes", lo que, a su juicio obligaría a las entidades financieras a "devolver el nominal" a todos lo clientes a los que colocaron dichos productos. "Las cuentas estaban maquilladas desde 2008", refirió José Ramón Durán Alday tras terminar su intervención en calidad de testigo.

Durante la cerca de hora y media que duró su comparecencia, el expresidente de la Comisión de Control también contestó a preguntas del fiscal, el abogado del BFA, el de Bankia y la defensa del último presidente que tuvo La Caja, Juan Manuel Suárez del Toro, uno de los 33 imputados por Fernando Andreu.

Según fuentes cercanas al proceso, la defensa de Suárez del Toro utilizó el testimonio de Durán Alday para hacer ver que hubo informes del Banco de España que contradecían sus opiniones sobre el mal estado de las cuentas, con lo que su defendido habría tenido imposible determinar la gravedad de las acusaciones.