La crisis hace mella en el sector de la restauración. En los últimos cinco años en Canarias han cerrado un total de 2.869 bares, es decir, un 16,7% de los establecimientos. Mientras que en 2008 el Archipiélago contaba con 17.159 bares, esa cifra desciende hasta los 14.290 registrados en 2012, según revelan los datos de los anuarios económicos elaborados por La Caixa.

Solo en el último año 712 bares han colgado el cartel de cerrado en las Islas. El descenso en la actividad generada por la restauración en Canarias supera la media nacional. En el conjunto del país la crisis llevó a la desaparición a 45.491 bares, lo que supone que entre 2008 (314.598) y 2012 (269.107) existen un 14,5% menos de establecimientos en el conjunto del país.

La caída del consumo a raíz de los altos índices de desempleo que soporta la sociedad isleña -con una tasa de paro del 33,69%- es una de las razones que explican la difícil situación que vive el sector. "El poder adquisitivo de los consumidores ha bajado y no solo en los desempleados, sino en la sociedad en general porque incluso quienes trabajan tienen miedo a gastar pues la tendencia general es la de ahorrar", explica Francisco Pérez, presidente de la Comisión de Restauración de la Cámara de Comercio de Gran Canaria.

Pérez señala que en los dos últimos años, solo en Gran Canaria, 1.500 bares se han dado de baja y otros 1.500 están cerrados "o a la espera de hacerlo".

La subida de los impuestos es otro de los motivos que han originado las malas cifras en el sector. Desde julio del año pasado los negocios dedicados a la restauración tienen que afrontar el pago de un 7% de IGIC en lugar del 2% que venían soportando hasta entonces. "Esto es una barbaridad", asegura Pérez, quien añade que ese incremento de los tipos impositivos "no todos los establecimientos lo han podido soportar, por lo que han tenido que cerrar y generar, a su vez, más desempleo". A su entender, la clave para mejorar la situación de los restauradores está en que "ya que tenemos menos clientela, lo que debe hacer el Gobierno canario es bajar los impuestos", apunta.

Otros costes como el de la electricidad o el de impuestos especiales, como el que recae en las bebidas alcohólicas, también se han incrementado y han de ser asumidos por los propios empresarios. La Federación Española de Bebidas Espirituosas (Febe) ha manifestado su rechazo a la subida de un 10% en los impuestos a este tipo de bebidas, aprobada por el Ejecutivo central a finales de junio .

La Febe considera que se trata de una acción "injustificada, discriminatoria y partidaria" que no aumentará la recaudación y "castigará de forma exclusiva a una industria compuesta en un 80% por pequeñas y medianas empresas familiares".

Por su parte, la institución cameral de Gran Canaria señala que para rescatar la actividad de los bares y cafeterías es necesario que las administraciones públicas inviertan en el sector. En este aspecto, los restauradores se quejan de que todas las ayudas destinadas a la hostelería "se van para los hoteles y la parte turística", mientras que los bares, cafeterías y restaurantes "siempre somos los olvidados y nunca nos llega nada".

Asimismo, exigen que se adopten políticas y normas más flexibles. "Vivimos del turismo y, sin embargo, hay zonas como Las Canteras en las que el horario es restringido y a medianoche las terrazas tienen que estar cerradas y recogidas. No entiendo como se quiere promocionar la Isla para, por ejemplo, atraer al turismo de cruceros, y luego no se apoya al sector en este punto estratégico. Es toda una contradicción", asegura Francisco Pérez.

Los exhaustivos controles sanitarios y la constante presencia policial frenan, según señalan, parte del crecimiento de la actividad restauradora. "Hay mucho afán recaudatorio", apuntan.

Los bares pequeños y con una estructura familiar son los que logran sobrevivir mejor a esta época de crisis porque hay menos sueldos que pagar, si bien en Canarias ninguna zona está exenta del cierre de sus establecimientos, ya sean nuevos o de toda la vida, aunque los negocios del sector ubicados en las zonas costeras parecen resistir algo mejor los embates.

Lo que sin duda se ha vuelto imprescindible para mantener a flote la actividad de un bar es la profesionalidad de quienes lo gestionan y trabajan en él. Según datos de la Federación Empresarial Canaria de Hostelería, Ocio, Servicios y Comercio (Fecao) el sector de la hostelería da trabajo a 110.000 personas en Canarias, de las cuales "unas 60.000 se dedican a la restauración", apunta su presidente, Antonio Vélez. "El profesional sobrevive, con mayor o menor esfuerzo, pero sobrevive", señala Francisco Pérez, quien añade que el 80% de los empresarios que han tenido que cerrar su bar "son personas que se han metido en el negocio sin tener ni idea de restauración y solo por tener una opción laboral ante la crisis".

No obstante, no todo es negativo para el sector en el Archipiélago. Una medida que está ayudando los establecimientos de la capital grancanaria es que estos ya no tienen que pagar un alquiler al ayuntamiento por sus terrazas, una tendencia "a la que se están uniendo otras localidades".

Las rutas gastronómicas puestas en marcha por los propios empresarios en diferentes municipios están dando también un respiro al sector. "Rutas como las de Vegueta o Arinaga están funcionando muy bien pero porque la restauración está poniendo todo de su parte y bajando los precios de los productos. Los márgenes de beneficios son menores para poder sobrevivir", explica Pérez.

Compañías más fuertes como Coca Cola han puesto su granito de arena para intentar ayudar a que estos establecimientos mantengan abiertas sus puertas y atraer clientela con la creación de un día especial: San Bar-tolo, el 29 de junio.