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Sobrecualificados para el empleo de las Islas

El Archipiélago posee la mayor tasa de desempleo de titulados superiores

De los 4.600 universitarios que salieron en 2010 de las aulas isleñas, 3.086 tenían empleo en 2014. Más de 2.900 titulados trabajaban en España mientras que 175 lo hacían en el extranjero. El INE refleja que Canarias es la autonomía con mayor porcentaje de titulados universitarios que consideran que su trabajo no se ajusta a su nivel de formación. Esta "sobrecualificación autopercibida", que alcanza el 68,9%, contrasta con los índices de Navarra, Madrid y Cataluña, cuyos titulados se sienten más satisfechos con su nivel de preparación y el tipo de empleo que desempeña. Destaca, a su vez, que cuatro años después de terminar la carrera el 12% de los titulados ocupados hayan enlazado becas con contratos de prácticas y formación. Marino Alduán, decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, anima a que la sociedad sea menos conformista e insta a sus dirigentes a crear más oportunidades. La precariedad laboral, además, impulsa a esta pérdida de capital. "Si no hay una activación de nuevas áreas económicas, es muy difícil parar esta sangría", sostiene. Para que esto ocurra, Alduán entiende que debe existir un compromiso de los empresarios para que se contraten a canarios altamente preparados. "El viejo discurso que indica que hay que buscar a gente de fuera porque aquí no hay nivel es mentira", afirma. A su juicio, no se quiere contratar a los titulados que se forman en el Archipiélago porque exigen unas condiciones labores mínimas, un hecho que motiva a muchos jóvenes a hacer las maletas para encontrar un futuro alejado de incertidumbres. A. R.

"La sociedad canaria no se beneficia de quienes se han formado en ella"

La exportación de talento canario al extranjero y a otras comunidades autónomas constituye una sangría difícil de parar si el conocimiento universitario no penetra en el tejido productivo de las Islas. La inexistente adecuación de la oferta superior de enseñanza a la estructura económica del Archipiélago y la elección vocacional de las titulaciones son los factores que explican, según los expertos, la fuga de universitarios que buscan un porvenir más nítido. En 2010 más de 4.600 titulados culminaron su carrera en Canarias, de los que poco más de 4.300 (93,9%) residían el pasado año en España y 283 en el extranjero (6,1%). En términos absolutos, los profesionales formados en las Islas que más hicieron las maletas para labrarse un mejor futuro fueron los ingenieros, sanitarios y educadores.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) valora a través de una amplia radiografía la inserción laboral de los titulados universitarios. Toma como referencia la cohorte de estudiantes que obtuvieron el título en 2010, año en el que la crisis económica golpeaba con dureza. Atendiendo a su situación en 2014, se aprecia que la menor tasa de empleo se daba en Canarias (66,9%), seguida muy de cerca por Andalucía (67,5%) y Extremadura (69,1%). En la otra cara de la moneda se sitúan Cataluña y Baleares con unos índices de ocupación del 82,8% y 81,1%, respectivamente. Esta circunstancia es trasladable a la actualidad, ya que a finales de septiembre de 2015 tenían trabajo en las Islas 8.500 personas con formación universitaria, un dato que no impide que el Archipiélago presente una tasa de paro entre las personas con estudios superiores del 19,96%, la mayor a nivel nacional, según la Encuesta de Población Activa.

Esta complicada situación laboral es la que impulsa a los universitarios a buscar horizontes más despejados. "Otras partes del mundo se aprovechan de la formación que se ofrece aquí", indica el sociólogo Gonzalo Rodríguez, quien además añade que "las titulaciones no se corresponden con la estructura empresarial de Canarias". A su juicio, es necesario que se adapte la oferta formativa a la demanda laboral para que el paro disminuya y la fuga hacia el extranjero y la Península se ralentice. "Los estudiantes eligen carreras de la misma manera que escogen pareja", subraya, con lo que resulta imprescindible orientar al estudiante hacia una formación que pueda nutrir con posterioridad la realidad económica de las Islas.

El pinchazo de la burbuja inmobiliaria frenó todas las posibilidades de encontrar empleo a los arquitectos de reciente titulación. Así, de los 267 que finalizaron la carrera en 2010, el 7,8% residía en otro país el año pasado. "Pasamos de una época fantástica a otra realidad en la que todo se paró en seco", relata Vicente Boissier, decano del Colegio de Arquitectos de Gran Canaria. "La situación ha sido dificilísima", expone, "pero desde el pasado año hay un pequeño impulso económico que poco a poco está cambiando el ambiente". Si bien la salida al exterior no es percibida de forma negativa por el decano, entiende que ésta debe producirse con unos recursos económicos importantes que respalden la entrada en ese mercado.

Pero la arquitectura no es el único ámbito en el que más movilidad geográfica se ha producido. También destaca que siete de cada cien médicos hayan emigrado o que los titulados en ciencias, humanidades y educación que se han marchado fuera superen el 10%. Marino Alduán, decano de la facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, sostiene que esta situación es un drama. "La sociedad canaria no se beneficia de quienes se han formado en ella", explica, a pesar de que quienes viajan ganan en idiomas. En términos relativos, los licenciados en lenguas (16,8%), los científicos (15,6%) y los ingenieros (15,5%) son los que más éxito han tenido en la obtención de empleo en el exterior.

El 14,2% de los titulados universitarios de Canarias de 2010 tardó dos o más años en encontrar su primer empleo. Educación, ciencias sociales, ingeniería, industria y construcción son los ámbitos de estudio que lideran este indicador. Los docentes, los químicos y los veterinarios, no obstante, constituyen el grupo de profesionales más numeroso en términos absolutos.

Las elevadas tasas de desigualdad, pobreza y paro de Canarias ponen de relieve, a juicio del sociólogo Miguel Guerra, la desastrosa fuga de universitarios. "Con semejantes índices no puede permitirse el lujo de dejar marchar a personas después de haberlas formado", indica. Como solución propone un cambio sustancial en el modelo económico de Archipiélago, muy dependiente del sector turístico, para dar cabida a los titulados en el sistema empresarial canario. De lo contrario, Guerra augura un incremento de la salida de población no sólo en Canarias, sino en el resto del territorio nacional. "España ha pasado de ser receptor de inmigrantes a emisor", concluye.

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