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Las grandes cerveceras escuchan ofertas por Tropical para garantizar la fusión

AB InBev vende activos para conseguir que Competencia autorice la compra de SABMiller

Interior de la fábrica de la Compañía Cervecera de Canarias en Santa Cruz de Tenerife. LP / DLP

AB InBev desarrolla su estrategia para llevar a buen puerto la constitución del mayor gigante cervecero mundial. Tras comunicar a la Bolsa de Londres el acuerdo de compra de SABMiller por 99.400 millones de euros -71.000 millones de libras esterlinas- se halla ahora en el proceso de desprenderse de activos para que las autoridades europeas, estadounidenses y chinas en materia de competencia no pongan freno a la operación. En ese escenario, Compañía Cervecera Canaria (CCC), la madre de las emblemáticas Tropical y Dorada, aparece como una mera gota en el océano, pero todo suma para aligerar la cuota de mercado.

Tras hacer pública la adquisición de SABMiller, los belgas de AB Inbev han dado el paso de mostrar su proactividad a la hora de vender parte del negocio. No se trata de una operación de maquillaje que les haga aparecer como buenos chicos a los ojos de los estamentos que tendrán que dar su visto bueno a la millonaria operación, sino que resulta absolutamente necesario para poder saldarla con éxito. La adquisición de SABMiller supone que prácticamente un tercio del negocio cervecero del planeta queda en sus manos y esa es una cuota excesiva como para que quienes tienen que decidir se vayan cada noche a la cama con la seguridad de que no se van a producir distorsiones en el mercado.

AB Inbev recorrió el primer paso de este camino en Estados Unidos, con la venta del 58% que SABMiller tiene en la americana MillerCoors al grupo Molson. La desinversión tiene un precio de 11.000 millones de euros -12.000 millones de dólares- y, obviamente, está condicionada a que el grueso de la operación llegue hasta la línea de meta.

Ahora le toca el turno a Europa, donde los belgas están dispuestos a desprenderse de la italiana Peroni y la holandesa Grolsch, dos de la marcas premium que controla SABMiller en Europa, así como de los negocios asociados que poseen en ambos países y en el Reino Unido. En el cuentagotas de la publicidad que da a sus operaciones, debe colocar por delante activos que supongan una dieta real de adelgazamiento.

Valor añadido

El escaso volumen que representa aparta a CCC de la primera línea de operaciones. A ello se suma que SABMiller posee solo el 51% de la compañía canaria, el resto se lo reparten Diageo (20%) y un nutrido grupo de inversores canarios (29%). Sin embargo, la mercantil que firma Tropical y Dorada adquirirá protagonismo en función de quién sea el comprador. La agencia Reuters aseguró hace dos semanas que la catalana Damm ya ha dado pasos para pujar por Peroni y Groslch, batalla en la que se enfrenta a la japonesa Asahi. Al frente de Damm está Demetrio Carceller, empresario que mantiene una muy estrecha relación con Canarias por ser también quien comanda la petrolera Disa.

En el escenario descrito, incluir la compra de CCC en el pulso por Peroni y Groslch aparece como un valor añadido, una propina para AB InBev, que de ese modo se acercaría más al objetivo antes de rendir cuentas ante Competencia.

CCC aparece saneada, reparte dividendos y se anotó un beneficio de 9,1 millones de euros en su último ejercicio. Este año invertirá 15 millones de euros en innovación, lo que supone incrementar en un 126% la media del último decenio.

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