Las políticas expansivas del Banco Central Europeo (BCE), los bajos precios del petróleo y la fortaleza del sector turístico impulsan la economía del Archipiélago pese a la incertidumbre política por la falta de acuerdo para formar Gobierno. El Producto Interior Bruto (PIB) canario creció, entre enero y marzo de este año, un 0,9% con respecto al último trimestre del ejercicio anterior y un 3,6% si se atiende a la tasa interanual, según las estimaciones publicadas ayer por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Estas cifras colocan a Canarias -junto con Cataluña, Galicia y Murcia- como la tercera región española con mayor impulso en su economía. Tan solo Baleares (4,2%) y Comunidad Valenciana (4,1%) se posicionaron por encima. No en vano, el Archipiélago creció a un ritmo superior que la media española, que se situó en el 3,4% en el primer trimestre si se compara con el mismo periodo del año anterior y en el 0,8% si se atiende a los tres últimos meses del pasado ejercicio.
Pese a que estos datos invitan al optimismo, las dos patronales isleñas consideran que estas previsiones están sobreestimadas. El secretario general de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), José Cristóbal García, sostiene que el crecimiento debe estar por encima del 2% y que, tras cerrar el Archipiélago 2015 con una subida del 2,8% de su PIB, "para este año se espera una ligera desaceleración aunque la tendencia sea positiva".
García señala directamente al sector servicios como el responsable de la evolución favorable de la economía y, más en concreto, al turismo. De hecho, tanto para el profesor del Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), Manuel Romero, como para la profesora de Organización y Dirección de Empresas de la misma institución, Rosa María Batista, constituye la "pieza fundamental".
Los datos confirman esta aseveración. Los aeropuertos canarios recibieron en el mes de marzo, el mejor de la última década, a 3,62 millones de viajeros, un 12,7% que doce meses antes, según las estadísticas de Aeropuertos españoles y Navegación Aérea (AENA). Asimismo, en el primer trimestre de este año el Archipiélago ganó más de 325.000 turistas extranjeros.
El presidente de la Confederación de Empresarios de Tenerife (CEOE-Tenerife), José Carlos Francisco, recuerda que las inestabilidad en otros destinos competidores beneficia al sector turístico canario.
No obstante, Romero y Batista creen que el turismo canario, basado en el binomio "sol y playa", no soluciona la tasa del desempleo del Archipiélago, situada en el 26%. Para ello, los economistas subrayan la importancia de cambiar la estructura económica de las Islas. Los turistas que llegan a Canarias realizan poco gasto, una circunstancia que "no permite sustentar el empleo".
Romero apuesta por la modernización de la planta alojativa y la renovación de las infraestructuras que se encuentren a su alrededor, pero también por generar una consistente industria complementaria que aproveche los recursos naturales que ofrece la región isleña. Batista, por su parte, destaca que el tejido empresarial debe posicionarse con mayor firmeza en la innovación y explotar la oportunidad que representa la economía digital. "El turismo crece y crecemos con él, pero si desaparece de la noche a la mañana nos vamos con él", afirma.
La mayor facilidad para acceder al crédito y los tipos de interés bajos que se derivan de las políticas expansivas del BCE contribuyen también a disparar el PIB de las Islas.
La fluidez de préstamos posibilita que los canarios inviertan en proyectos que antes no podían permitirse, expone el presidente de la CEOE-Tenerife, e impulsa el consumo de las familias. "El coste de pedir prestado es más barato", incide, por lo que en la calle se percibe una mejora de la actividad.
Pero los expertos apuntan a que la tendencia positiva que experimenta la economía canaria podría verse afectada por el bloqueo político. "Lo vamos a pagar en el segundo semestre de este año", asegura el secretario general de la CCE, quien duda que el ritmo de crecimiento del PIB se mantenga.
Igualmente, Batista advierte sobre los peligros que implica no contar con un marco institucional claro ni unas políticas económicas definidas para el futuro. "Supone un handicap enorme. Con esta incertidumbre no hay inversión que venga de fuera y también se restringe la de dentro", concluye.
