La Provincia - Diario de Las Palmas

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Fútbol Eurocopa 2016

'Monsieur' Iniesta

Un gol de Gerard Piqué en el minuto 87, a pase del centrocampista, acaba con la resistencia de la República Checa

Iniesta imaginó el partido, cogió la pelota, convirtió en carne lo proyectado en su cabeza, marcó el paso de la selección española, hizo lo que le dio la gana con la República Checa y fascinó al mundo. La victoria (1-0) de La Roja, en su debut en la Eurocopa 2016, no tiene más ciencia que la exhibición del centrocampista del FC Barcelona sobre el césped del Stade de Toulouse. Al primer toque o en transiciones rápidas; en largo o en corto; en aventuras individuales o delineando pases. Dio igual cómo. Iniesta fue el pulmón de España. Y a partir de ahí, de su figura -con la coronilla al aire, como si fuese la reencarnación del mismísimo Zinedine Zidane, y el 6 en la espalda-, se sucedieron una serie de anécdotas que sirven para aliñar la sobremesa: el agónico gol de Gerard Piqué (min. 87), el desalojo de Íker Casillas de la portería y la titularidad de David de Gea -o al revés-, la melancolía por las ausencias de Xavi Hernández y David Villa, la cobardía del rival, el inmovilismo de Vicente del Bosque en los cambios, la falta de un hervor de Nolito o Morata en una plaza tan grande como el torneo continental y, sobre todo, el buen juego -durante muchos minutos- de la selección.

Primero deslumbró Iniesta y después, casi en el último tiro al aire, ganó España. Sucedió así, en ese orden. Porque La Roja -al ritmo impuesto por el mediocentro manchego- hizo mucho y bien durante un rato largo del duelo, pero no fue hasta el ocaso cuando encontró la recompensa a su buen gusto por tratar el balón, siempre pegado al pie. Fue en la enésima embestida, como si fuera una manada desatada, contra el muro que levantó Petr Cech -que antes había desbaratado remates de Morata, Nolito, Silva, Alba y Aduriz- cuando la selección se desmelenó para levantar el triunfo y dejar atrás los temores que le acompañan desde 2014, cuando el Mundial de Brasil se convirtió en una pesadilla.

Paciencia en el tanto

Restaban apenas cuatro minutos para el final cuando Iniesta, quién si no, sacó un córner en corto para Thiago. El jugador del Bayern de Múnich, consciente de la superioridad de su compañero -con la pelota bajo control- sobre el resto de los mortales que poblaban el terreno de juego, le devolvió el esférico a Iniesta, que calibró el toque con un primer centro que despejó Tomas Sivok en la frontal del área pequeña. El balón, rebotado en la otra banda, cayó a los pies de Juanfran que, sin mucho tino, intentó devolver la pelota a la zona caliente del campo. Por allí apareció Rosicky, que erró al achicar y devolvió la posesión a la selección cerca de su portería.

Pedro, último recambio de Del Bosque -había sustituido a Nolito en el minuto 82-, entendió que la única salida posible era encontrar a Iniesta y regalarle la pelota para que hiciera lo que le diera la gana y sacara a España del atolladero. Y eso, sin más, fue lo que sucedió. El futbolista del Barça amagó el pase con la pierna derecha, tiró el desmarque hacia su izquierda y ya desatado, sin nadie cerca, lanzó un centro, templado y preciso -un caramelo-, para que Piqué -en el área rival desde el saque de esquina anterior- rematara de cabeza para dar carácter de tipo mortal de Cech y firmar el 1-0 (min. 87).

La diana de Piqué puso orden en el marcador a partir de los méritos contraídos por cada equipo. La Roja, sólida atrás a partir del hexágono que forman De Gea, Juanfran, Piqué, Ramos, Alba y Busquets, se quedó con la pelota desde el pitido inicial para someter a un adversario que se limitó a acumular hombres detrás de la línea que marcaba el balón. Mezcló Del Bosque en la medular a Cesc Fábregas e Iniesta, plantó en los extremos a Silva y Nolito y alineó en punta a Morata para formar un once con devoción por tener la pelota, pero que de tanto sobar el balón, a veces ralentizó en exceso el juego para jolgorio checo.

Percutió España a base de tocar entre líneas, por el desborde de sus laterales -movimiento clave para tener situaciones de superioridad ante un rival metido atrás-, en acciones individuales, por perseverancia e incluso por errores del rival, pero si jugó y ganó ante la República Checa en su debut en la Eurocopa fue porque al final siguió la luz que más alumbra, La que marca monsieur Iniesta.

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