El pregón de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, patrona de la capital majorera, se convirtió anoche en un repaso por la historia del viejo Puerto de Cabras. Los componentes de la Agrupación Folclórica Maxorata recrearon con todo lujo de detalles los festejos de antaño en los inicios del siglo XX. No faltó la música de la tierra, ni las parrandas, ni una cuidada iluminación del entorno.

Al ritmo de folías, isa majorera, chotis y polca, la AF Maxorata deleitó a los numerosos vecinos que se dieron cita en el marco incomparable de los Hornos de Cal de Los Pozos. El ingenio, la creatividad y la inspiración fueron las principales protagonistas de un evento que suponía el arranque oficial de las fiestas portuenses.

El escenario natural de los hornos fue decorado con un conjunto de elementos tradicionales para la puesta en escena de la representación. Una vivienda de tipología majorera, una cantina y una pequeña falúa daban vida, junto a los improvisados actores, a la vida del Puerto de Cabras de 1906. La combinación de la música, el baile y la poesía hicieron a los espectadores transportarse en el túnel del tiempo.

Con una inconmensurable Noemí Hernández, que puso voz en la lectura de los textos, y el trabajo de Pili Domínguez en el sonido, el resto del grupo musical y los actores invitados recreaban simultáneamente las escenas del albeo de las casas para las fiestas, así como las labores de las costureras, el cantinero o los niños jugando a la cucaña u otros juegos tradicionales. Tampoco faltó la escena del puchero ni los ajuares o la ropa nueva para acudir a la procesión.

También llamó la atención el papel de los vecinos adinerados de la época que cuando llegaban las fiestas, acudían a las tiendas a comprarse vestidos, mientras que los pobres tenían que aguardarlos de año en año.