El Obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases Andreu, reunió ayer a familias de las parroquias de los seis municipios majoreros en un encuentro diocesano en Gran Tarajal. Más de 300 personas asistieron a esta jornada dedicada a fomentar los valores y la renovación de la fé de las familias desde la raíz, según los convocantes. El matrimonio de Gran Canaria formado por Mari Luz Suárez y Pedro Bolaños, delegados diocesanos de Canarias fueron los conductores de la jornada con los padres majoreros.
"Estoy entusiasmado en Fuerteventura con la presencia de numerosos matrimonios jóvenes que han acudido junto a sus hijos a este importante encuentro en la Iglesia de Gran Tarajal, y ya se celebró en Gran Canaria y en abril será en Lanzarote", destacó el obispo Francisco Cases.
Con un intenso programa de actos la Plaza de la Iglesia de Gran Tarajal acogió los talleres, juegos e hinchables para los pequeños, y dentro del templo Cases transmitió a los padres que "la familia es la primera escuela de la convivencia gratuita y está grabada en el corazón".
El obispo explicó que aumentan los divorcios, en una sociedad cada vez más desnaturalizada, pero la familia es la gran esperanza para la Iglesia y su labor evangelizadora. Cases insistió en la importancia de crear y afianzar en todas las parroquias una pastoral familiar.
El obispo llegó a las iglesia de Gran Trajal sobre las diez de la mañana, y tras una oración comenzó la charla con los matrimonios mientras los hijos participaban en diferentes talleres y juegos. A mediodía se celebró un descansó y actuaron dos grupos de las escuelas de baile del muncipio: Tiscamanita y Tesejarague.
En una jornada plenamente veraniega en la localidad sureña, y tras un descanso para charlar continuó la actividad por grupos con el fin de elaborar un décalo de la familia para que se reuneve desde las raíces. Entre las preguntas formuladas por los delegados diocesanos se planteó a los participantes "las actitudes que deben ser fomentadas desde la familia para que se renueve", y el papel de los padres y abuelos.
"Cosas tan sencillas como dar gracias o pedir perdón no cuestan nada en el seno familiar, son gratuitas, a diferencia de fuera en la sociedad actual. Debemos conservar nuestras costumbres y fomentar el mensaje que transmiten los abuelos a padres e hijos", detalló el obispo.
Cases transmitió a la comunidad majorera las palabras del Papa Francico en el Encuentro para la Familia en Roma. "Sin perder la visión realista de lo que está sucediendo no deja de pensar en proponer a la familia como escuela inigualable de humanidad, contribución indispensable a una sociedad más justa y solidaria", insistió el obispo. La jornada culminó con una alegre eucaristía, a mediodía, y un almuerzo y despedida.
El párroco de Tuineje, Víctor Ondo Motog, agradeció la implicación de la parroquia de Gran Trajal y del resto de la Isla en esta jornada. Asimismo, aseguró que "siempre hay tiempo para hablar de la fe cristiana y para rezar, reforzar los valores y conversar en familia". Una sociedad, añadió, marcada por el empleo en el sector servicios que implica trabajar domingos y festivos.
Por otro lado, la catequista de origen polaco y afincada en Gran Tarajal, Noemí Chmielewski Cabrera, fue la encargada de coordinar los talleres y actividades con los pequeños. "Hemos formado seis grupso con unos doce ninos y es una maravilla trabajar con ellos porque aprenden y les gustan los valores de la solidaridad, y la fe". Se repartieron fichas y organizaron juegos.
"Ha sido muy grata la presencia de las parroquias y personas de los municipios majoreros", indicó. Una jornada de reflexión para los padres y de diversión para los pequeño, en la que no faltaron las fotografías de las familias con el obispo para el recuerdo.
