En menos de tres meses, 19 visitas a Urgencias del Hospital majorero. Francisco Barrera Darias (Puerto del Rosario, 1960) ha vivido un autentico drama desde el pasado 18 de abril, cuando se le realizó una operación programada por litiasis ureteral izquierda a través de litofragmentación, una técnica para fragmentar las piedras ocasionadas en la vesícula. Tras la intervención, la litiasis ascendió al riñón por lo que se le instaló un catéter doble J.
A partir de ahí, comienza para él y su familia una especie de infierno particular. Los fuertes cólicos le obligaban a acudir a Urgencias donde paliaban el dolor con opiáceos. En alguna ocasión tuvo que quedarse ingresado por la gravedad y dureza del dolor.
"Tras la operación, el trozo más grande subió al riñón. Tenían que hacer la litotricia porque la piedra estaba muy arriba. Por eso mandaron propuesta para Gran Canaria para que lo valoraran allí", explica Francisco, profesor de EGB, exdirector del Colegio Sagrado Corazón y exárbitro nacional de fútbol.
Fue entonces cuando empezó otros de los grandes quebraderos de cabeza."El 25 de julio pasé por el hospital y pregunté por la cita de Las Palmas, me dijeron que ya la tenía otorgada desde el 4 de julio y no me habían dicho nada, pero para el 12 de septiembre. Sobre la marcha presenté una solicitud de adelanto porque era mucho tiempo de espera pero me contestaban que era imposible cambiarla porque el médico está de vacaciones.
"Me reuní con el gerente. La primera vez apuntó mis datos y me dijo que iba a hacer unas gestiones y me llamaba. No me llamó. Tras una semana se repitió, mis datos, mi teléfono, me dijo que me llamaba y tampoco", continúa. " Me cansé y la tercera vez que fui le dije que tanto él como la directora médica estaban incumpliendo el juramento hipocrático, porque no hacían nada para solucionarme este problema, y que el sistema canario de salud me estaba matando".
En la última reunión con el gerente del Hospital majorero "me invitó a abandonar el despacho tras reprocharle que "si ha su padre le hubiera pasado la mitad de lo que llevo pasado, ya habría buscado una solución".
Junto a estos, también le expuso otros problemas: "Me inyectaban opiáceos, algo que en la calle está prohibido y a mí me ponían cada vez que iba a Urgencias. Además le recriminé que las pruebas que hacen aquí no sirven en caso de consulta en Gran Canaria. Es algo que me ha ocurrido más veces".
Esta situación fue el detonante para que el afectado decidiera dar un paso más. "Presenté una queja ante la gerencia del Hospital y al Servicio Canario de Salud el 19 de agosto. No he recibido respuesta porque tienen dos meses para contestar", indica indignado.
"Mientras ellos tienen ese tiempo de respuesta, yo ya he sufrido una infección de orina con antibióticos durante ocho días, cuatro días bien, otra infección y otros siete días de antibióticos. Pero además, orinando sangre prácticamente todos los días", añade.
A pesar de lo ocurrido, en todo momento alaba el trabajo de los sanitarios: "Me enfada la dejadez que tiene la gente de aquí. Me refiero al gerente y a la directora. En cuanto a trabajadores, enfermeros, celadores, no tengo ningún problema. Te tratan muy bien y realizan perfectamente su trabajo".
Barrera fue finalmente operado aunque no olvida el calvario que ha sufrido: "No espero que me llegue respuesta a mis quejas porque en dos meses espero estar bien ya. Me fui a un particular a Las Palmas y con tanta infección la piedra ha bajado".
Entre sus críticas destaca la falta de materiales que presenta Fuerteventura para estos casos. "No disponen de materiales suficientes, hay diversas operaciones que derivan a Gran Canaria por la falta de la maquinaria concreta para muchas de ellas que de estar en el Hospital, podrían realizarse aquí", señala, Barrera.
