Jaqueline Montero Fagiani (Montivideo,1974-Fuerteventura, 2017), una de las pionera del movimiento ciudadano que reclama una mejor sanidad para la isla majorera, falleció el pasado domingo tras no superar un cáncer que le afectaba desde hace cuatro años y medio. Ayer, recibió sepultura en el cementerio de Puerto del Rosario. El otro fundador de la Plataforma 'Por una Sanidad digna en Fuerteventura, Ya', Julio Vila, murió el pasado mes de junio. Ambos pusieron el germen de la lucha social contra el abandono sanitario que sufre Fuerteventura.

Yaque, como cariñosamente la conocían las personas más allegadas, no pudo ver cumplido el sueño por los que luchó durante muchas jornadas: un Servicio de Radioterapia, más especialistas oncológicos, el búnker de radioterapia, la mejora y agilización de los trámites de traslados a pacientes y acompañantes a otras islas, mayor comunicación y coordinación en la tramitación de los historiales médicos, entre los diferentes centros hospitalarios de Gran Canaria y Tenerife, con el hospital de Fuerteventura para que, el paciente, no tenga que estar continuamente informando de su historial clínico a cada médico, agilizar los abonos de los viajes de los enfermos y sus acompañantes o una mayor coordinación entre los diferentes Centros de Salud de la isla con el Hospital insular sobre los historiales médicos de los enfermos.

Durante el sepelio se vivieron momentos de dolor y emoción, no solo de los familiares de la fallecida sino de sus compañeros de la Plataforma ciudadana, que desplegaron una pancarta al paso del coche fúnebre, al tiempo que irrumpieron en una prolongada salva de aplausos.

Jaqueline llegó hace 12 años a la isla procedente de su Montevideo natal. Lo hizo en compañía de su marido Mario Sánchez y sus dos hijos. Llegaron a Fuerteventura en busca de una vida mejor y animada por María José, una de sus hermanas que ya residía en la isla majorera.

Durante muchos años regentó un locutorio en el popular barrio de El Charco, al tiempo que también realizó diversas actividades laborales para ayudar a su marido a sacar adelante a su familia.

La pionera de la lucha social estaba tenía dos hijos: Nahuel y Leticia. Su madre María Cristina y sus hermanos Gabriel, Karina, Yessica y Silvia se desplazaron desde Uruguay hace varios días como consecuencia de haber empeorado el estado de salud de Jaqueline. Su padre Marner no pudo hacer lo mismo y tuvo que quedarse en su país.

En 10 de agosto de 2016 cuando acudió al hospital junto a Julio Vila para una revisión le comentaron que no había oncólogo. Ambos comenzaron entonces la lucha y lograron que se sumaran a la iniciativa enfermos y familiares, así como una parte importante de la sociedad majorera molesta por el abandono del Gobierno canario en materia de sanidad.

Cada jueves se concentraban ante las puertas del hospital y del Cabildo para denunciar la precariedad sanitaria de la isla. Tanto fue calando la iniciativa entre los majoreros que en septiembre de 2016 lograron movilizar a más de 15.000 personas que salieron a la calle en protesta por el olvido del Ejecutivo regional a los habitantes de Fuerteventura en materia sanitaria.

La casualidad quiso que ayer el cuerpo de Jaqueline ocupara la misma sala del tanatorio que su compañero Julio. También, que le mostraran la pancarta que tantas veces portó.