Los agentes de la Brigada de la Policía Científica encontraron este viernes restos de sangre y pelos que no saben todavía si pertenecen a seres humanos durante el registro que realizaron durante la mañana en un local de la calle Ángel Guimerá. En el lugar, que fue inspeccionado durante más de dos horas, el detenido albergó animales muertos según pudo comprobar el servicio municipal de Salud Pública hace varios años.

El inmueble pertenece a los padres de Marcos J. R. C., el hombre acusado de ser el presunto autor del intento de rapto de una niña de La Garita el pasado 4 de enero. El recinto, situado en el número 98 de la citada vía capitalina, se encuentra a escasos cien metros del domicilio familiar, que fue indagado el miércoles.

Marcos J. R. C. estuvo presente durante la intervención tras ser trasladado desde la Jefatura Superior de Policía donde se encontraba privado de libertad desde el martes, cuando fue arrestado. El hombre llegó fuertemente custodiado y con el rostro tapado al sitio donde se estaban desarrollando las pesquisas y donde también se encontraban miembros del juzgado que instruye el caso.

El fuerte olor que provenía del inmueble provocó hace varios años que los vecinos le denunciaran ante el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por lo que se le abrió un expediente. Según los habitantes del barrio de Arenales, el lugar albergó hace unos 30 años una agencia de aduanas que tenía el padre de Marcos J. R. C., pero también funcionó un bazar que estuvo poco tiempo abierto y que cerró hace dos décadas. Desde entonces la puerta, que ahora permanece precintada por decisión judicial, sólo se abría en contadas ocasiones cuando el hombre o algún miembro de la familia visitaba el lugar.

PUERTO. Tras concluir el registro en el inmueble, los agentes de la Policía Científica se trasladaron junto al detenido a una nave del puerto de La Luz ubicada en la calle Pinillos Izquierdo para buscar alguna nueva pista en la taquilla que perteneció al hombre de 37 años cuando trabajó en una empresa portuaria. Sin embargo, no se pudo encontrar nada que aportara nuevos datos a la investigación, que se apuró al máximo antes de que prestara declaración al juez.