Piruetas, acrobacias, entradas en pérdida, giros "a saco", todo esto y algo más figura en un exhaustivo informe de "incidentes aéreos" recopilados por la Policía Local de Ingenio desde el año 2006 y "que afectan y atentan contra la seguridad de la población civil" del municipio, según reza un documento de ocho páginas firmado por el jefe accidental del cuerpo de seguridad.

Prácticamente todo lo que vuela a la altura de Ingenio ha quedado retratado por un agente dedicado a observar el espacio aéreo de la localidad, centrando su denuncia en las avionetas particulares con pilotos privados con base en el aeropuerto de Gran Canaria y en El Berriel; avionetas de las escuelas de vuelo con pilotos en prácticas; los helicópteros de la administración, tanto los de Salvamento Marítimo, como los del 112 y 061; los helicópteros de la Guardia Civil y la Policía Nacional; así como los militares, incluidos los del SAR.

De manera general el documento establece que "la totalidad de los vuelos sobrevuelan el municipio por debajo, muy por debajo", se subraya, "de los 300 metros o 1.000 pies", establecidos por las normativas de circulación aérea para poblaciones de más de 10.000 habitantes, y que además en ocasiones se hacen con visibilidad reducida, "sobre todo los helicópteros del 061". De los militares se resalta el hecho de que hacen "gala de sus acrobacias y giros y demás piruetas", con virajes "y estacionarios sobre el pueblo habitado".

Las compañías comerciales también están en los prismáticos de la Policía Local de Ingenio: "Muchas compañías aéreas como Iberia" o "Spanair, con aviones tipo Boeing o Airbus no se atañen a la senda de aproximación y entran a saco en visual, perpendicular a la pista y desde el mar", sobre "la playa de El Burrero, realizando verdaderas acrobacias para estabilizar el avión sobre la pista", para terminar de enderezarlos sobre ésta. Una técnica que emplea "con asiduidad la compañía Binter Canarias, que entra en visual "con grandes gradientes de descensos y con giros desproporcionados".

El documento se acompaña con más de medio centenar de incidencias en las que se detalla la fecha, hora, aeronave, zona de vuelo -en algunos casos sobre el colegio Carlos Socas Muñoz o el instituto de Ingenio-, y la supuesta vulneración de la normativa que rige en cada circunstancia, que si bien en su mayoría se trata de "vuelos bajos" también se especifican prácticas de giros o de entradas al aeropuerto sin pasar por la reglamentaria senda de aproximación, de lo que se responsabiliza tanto a los pilotos involucrados como "a los propios controladores civiles y militares del FIR Canarias, de Aproximación y Torre de Control".