Agentes de la Policía Local del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana procedieron en la tarde noche de ayer al cierre de la discoteca Music Factory cuando ésta fue a abrir sus puertas al público. Este establecimiento de ocio nocturno, situado en el local 63 del centro comercial Plaza de Maspalomas, en Playa del Inglés, fue registrado en la madrugada del pasado 9 de agosto por la Policía Nacional en la operación Disney, que localizó a 157 menores de edad.

El Ayuntamiento ordena la clausura del negocio por permitir la entrada y la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad y por ejercer una actividad que no se corresponde con la licencia que posee. La sanción económica, que calcula 6.000 euros por joven identificado, la elevó la Policía Nacional a la Dirección General del Menor del Gobierno de Canarias.

El Ayuntamiento ha visto la gravedad del asunto a través de la denuncia realizada por la Policía Nacional, por la que, además, ha comprobado otros incumplimientos al margen de la presencia de los menores, "que nos permiten actuar contra este local de forma contundente", manifestó el concejal.

Según la documentación aportada por la comisaría de Maspalomas, esta discoteca no dispone de las medidas de seguridad necesarias, al tener obstruida la salida de emergencia, ubicada en el lado opuesto a la puerta de entrada del establecimiento. Ésta se encontraba bloqueada por mesas de madera mientras la sala se encontraba abierta y en el desarrollo de su actividad. Además de carecer de las señalizaciones obligatorias de prohibición de entrada a menores, Music Factory presentaba un exceso de aforo, que en el momento de la operación policial registró la presencia ilegal de 157 chicos y 121 mayores.

Al informe policial lo acompaña el acta de inspección de establecimientos públicos, con fecha del 2 de agosto de 2009, en el que confirma que el disco-pub Music Factory no tiene contrato de responsabilidad civil obligatorio, permite la entrada de menores y la expedición de bebidas alcohólicas a los jóvenes.

Por su parte, los propietarios del local clausurado alegan que la entidad solicitó la licencia de apertura para la categoría de discoteca sin que hasta la fecha el Ayuntamiento se haya pronunciado en ningún sentido. Por ello, estiman que les fue concedida por silencio positivo.