Los más de 100.000 vecinos de la comarca norte se llevarán una grata sorpresa cuando enfilen la GC-2 y vean que lo de los cuatro carriles es ya una realidad tangible y practicable. Eso sí, será a partir de las 12.00. La Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Canarias trabajaba anoche a destajo para concluir las obras de remate de esta infraestructura que ahora permitirá disponer de una amplia calzada de cuatro carriles para circular entre el enlace de Arucas y la rotonda de Bañaderos.

Numerosos operarios de la empresa constructora seguían afanados, en plena tarde de domingo, en la colocación de vallas y señales en este punto del corredor viario. Hasta el propio director de Obra, José María Maya, optó por darse un concienzudo paseo por la vía pasadas las ocho de la noche para cerciorarse de que este lunes pudiera firmarse el acta de recepción de la obra con la UTE formada por las empresas Huarte-Laín y Obras y Asfaltos Canarios y, posteriormente, poner punto y final a un martirio, el de los atascos, que de una u otra manera se ha venido padeciendo por los vecinos de Arucas, Firgas, Moya, Santa María de Guía, Gáldar, Agaete y La Aldea -entre otros puntos- en las últimas dos décadas.

Maya no hizo sino bajarse de un avión procedente de Madrid y dirigir sus pasos hacia la GC-2. Y es que los plazos han ido más ajustados que nunca. En un principio, el Gobierno canario quería abrir al tráfico la totalidad de la plataforma el pasado miércoles, pero los retrasos -otra vez los retrasos- lo impidieron.

Los conductores llevan ya dos meses soportando largas retenciones entre Arucas y la rotonda de Bañaderos porque los trabajos han obligado en este punto a contar con apenas un carril para cada sentido. Incluso durante los días del puente de la Constitución fueron memorables los atascos registrados.

Las obras del cuarto carril se adjudicaron en septiembre de 2007 con un presupuesto inicial de 15,31 millones de euros. La cantidad ha ido creciendo hasta superar los 21 debido a las distintas modificaciones que se le han aplicado al proyecto.

Básicamente, se ha pasado de tener 11 a 18 metros en la plataforma viaria, con una disposición de calzada independiente por sentido de circulación y dos carriles y arcenes en cada una de ellas. El cuarto carril aumentará la capacidad viaria de este tramo y redundará en la mejora integral de la infraestructura. Pero sobre todo aspira a desterrar la imagen de los coches parados.