Alejandro Cabrera Rivero lleva siete meses sin ir al colegio. Este niño autista de nueve años tiene altas capacidades intelectuales, pero necesita que su profesor de pedagogía terapéutica utilice un cuaderno de comunicación para evitar que se sienta desorientado. El problema es que la docente que le han asignado este curso en el CEIP Estrella Barreiro de Tinoca (Arucas) no considera necesario el uso de esta herramienta, lo que ha provocado el rechazo del pequeño a ir al colegio. Los padres, que reclaman un plan docente que está aprobado por la Consejería, han denunciado el caso en la inspección de la Consejería de Educación y en Fiscalía de Menores.

"Nosotros queremos que Alejandro esté escolarizado, porque, aunque nosotros hemos procurado que no pierda el curso, empezamos a notar carencias en su capacidad de socialización", explicó Rafael Cabrera, progenitor del pequeño, que aseguró que llegará adonde haga falta para defender el derecho de su hijo a recibir la educación que considera adecuada para su discapacidad.

La propia Consejería determinó que Alejandro debía estar en un aula ordinaria, con determinadas horas a la semana para pedagogía terapéutica. "Cada año ha tenido un profesor distinto, lo que tampoco es muy adecuado, pero bueno... El problema es que la profesora de este año no utiliza los pictogramas y eso ha desorientado al niño, que no quiere ir al colegio", señaló Rafael Cabrera.

"Cuando le dijimos a la profesora que el niño estaba rechazando ir al colegio, la profesora nos dijo que ella tenía su propio método. Incluso, llegó a decirnos que el niño la entendía y que si le pegaba, ella también lo hacía para que mi hijo entendiese que eso estaba mal", aseguró el padre. La terapeuta de Alejandro desde los tres años, María Luzardo, explicó que "estos niños oyen lo que se les dice, pero necesitan imágenes para fijar los conceptos".

Hace siete meses, hubo un desencuentro definitivo cuando el niño no fue bajado al comedor por la profesora. Fue cuando el caso fue denunciado en Educación.