Un muro de unos quince metros de largo y cinco de alto de un complejo residencial de Puerto Rico, en el municipio de Mogán, se derrumbó en la madrugada de ayer. Por fortuna, esta caída no produjo daños personales, aunque esta situación no se pudo confirmar después de casi cinco horas de rastreos que realizaron los bomberos y los agentes con dos perros de salvamento durante media hora.

El derrumbe se produjo sobre las 6.30 horas de ayer, junto a la piscina y una zona común del residencial Vista del Atlántico, que se encuentra en la calle Roque del Este de Puerto Rico.

Respecto al motivo del desplome de esta pared de un recinto privado, que estaba por debajo de una piscina y una zona ajardinada, distintas fuentes señalaron que no soportó el empuje de la tierra por defectos en su construcción. "No era un muro de hormigón, ni tenía malla o barras de seguridad, sino sólo bloques de obra", indicaron. La comunidad de propietarios había denunciado a la constructora en varias ocasiones desde hacía cinco años por las grietas y por el mal aspecto que, a su juicio, presentaba.

Los bomberos del Consorcio de Emergencias, de Puerto de Rico, acudieron de inmediato al lugar del incidente, así como agentes de la Policía Local, Policía Canaria, de la Guardia Civil y del Grupo del Perro de Salvamento de Canarias.

Al parecer, la propietaria de la vivienda más próxima a la piscina, inmueble afectado por el deslizamiento de tierra, fue quien escuchó "un extraño y fuerte ruido", y alertó primero a otros vecinos.

Los bomberos hicieron de inmediato un rastreo y una intensa inspección, con el objetivo de localizar a posibles víctimas debajo de los miles de kilos de piedras y de tierra que estaban en el camino y zona común del complejo, e interrogaron en todas las viviendas si echaban en falta a cualquier persona.

Después de los rastreos de los dos perros del grupo de salvamento durante media hora, se confirmó de manera oficial que no había víctimas bajo los escombros.