No hay cosas difíciles ni fáciles, sino cosas que hacer", sentencia a cien metros por debajo de la superficie el director de la obra que dotará a La Aldea de San Nicolás de una nueva carretera hasta El Risco, Agaete.

Los ingenieros del Gobierno de Canarias Julio Gallego y Francisco Rodríguez Batllori dirigen un equipo de unos 60 especialistas que son los encargados de perforar, a diez metros por día, en las profundidades del Andén Verde para construir los 3.000 metros de doble túnel -6.000 metros de excavación-, que salvarán el mayor obstáculo orográfico del tramo.

Estos equipos se coordinan en tres turnos de ocho horas diarias y el trasiego de una compleja maquinaria que, desde noviembre de 2009, ha movido solo en material extraído del túnel 180.000 metros cúbicos de roca, o lo que es lo mismo, 15.700 camiones con bañeras de 12 metros cúbicos. En movimientos de tierras se han ejecutado 350.000 metros cúbicos en desmontes, y otros 348.000 en terraplenes, lo que supone el trasiego de otros 58.000 camiones.

Vuelta al túnel. El par de galerías van directas al centro del macizo aldeano. Con un diámetro de 12 metros la doble boca del túnel, cada uno con capacidad para dos carriles, configuran el paisaje de un tubo interminable forrado de gunita, hormigón proyectado de alta resistencia y que junto con los bulones, una suerte de largos 'tornillos' que se introducen en la roca, configuran la estabilización y blindaje de los túneles. Cabría pensar que al fondo existiera un ejército de trabajadores, en cantidad proporcional a las magnitudes del proyecto, pero sólo unas pocas personas están en la faena. Dos en una grúa elevadora colocando balizas para iluminar el campo de acción, otras dos en el suelo y otra más en el interior de un jumbo de perforación subterránea Atlas Coppo, al mando de cuyos tres brazos se encuentra el especialista eslovaco Luka Pramuk casi tumbado en una cabina presidida por dos monitores y un parabrisas panorámico, aislado de ruido, aire y temperatura externa. Un 'cine' desde el que hace más de cien agujeros de cinco centímetros de diámetro y cinco metros de profundidad que acogerán el explosivo. Termina, cargan y se evacua el túnel. Un cable manda la orden desde el exterior. Fuego, y Agaete está más cerca.