Cada fin de semana acuden a la playa de El Puertillo de Arucas decenas de personas, y cientos si el tiempo acompaña, para disfrutar de su playa de arena y de la recientemente remodelada piscina natural que se encuentra cerca de Las Coloradas, una pileta que, a pesar de que está siendo utilizada, aún no ha sido recepcionada por el Ayuntamiento y en la que está prohibido el paso expresamente con un cartel que lo anuncia en su entrada.

Según el alcalde de Arucas, Ángel Víctor Torres, en caso de accidente el responsable es tanto el propio usuario, que conociendo la orden de prohibición accede por su cuenta y riesgo, como la empresa que realiza los trabajos.

La obra, cuyo proyecto se firmó en el año 1998, fue licitada por el Cabildo de Gran Canaria, institución que pocos días antes de las recientes elecciones abrió el paseo al que se accede a la citada piscina, sin haberlo limpiado y sin servicios, como los contenedores o la iluminación resueltos, lo que motivó al Ayuntamiento a realizar "una queja formal".

El alcalde asegura que se trata de una "apertura en precario", cuando se cumplen 13 años del inicio de su expediente de construcción, con unos trabajos que empezaron en octubre de 2009 y con un plazo de 12 meses por un presupuesto de 3.256.000 euros. Pero todo sigue aún si estar certificado y, por lo tanto, sin una cobertura de la administración para hacer frente a las distintas responsabilidades que respalde cualquier incidente.

Así, los fines de semana con buen tiempo -algo de lo que en estas últimas semanas no ha destacado en Bañaderos- se forma un "caos absoluto, con coches recorriendo la vía de servicio en dirección contraria, sin aparcamientos suficientes y sin luz. "Es tierra de nadie, una especie de Cinncinati".

Carmelo Hernández, uno de los portavoces de los vecinos, además de advertir de que "las piscinas no aguantarán cuatro mareas", exige un puesto fijo de la Policía Local en verano, ante el caos circulatorio y, entre otras cosas, para evitar que "los propietarios bañen sus perros en el mar". Hernández, asegura que "todo El Puertillo está esperando que se entregue la obra al Ayuntamiento, tanto para quitar la restricción del uso como para que comience a funcionar la iluminación del paseo y su disfrute por la noche". Y también sugiere que se coloque "un producto que no sea tóxico pero que evite resbalarse entre las piedras", algo que se está convirtiendo en más habitual de la cuenta.