Una mujer que le rompió la nariz de un puñetazo a su expareja ha sido condenada a quince meses de prisión por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas. La procesada, Francisca G. S., sufrió un ataque de celos el pasado 1 de mayo de 2010 al enterarse de que su antiguo novio salía con otra persona. Por ello, acudió al lugar donde él trabajaba, en Playa de Arinaga, y allí intentó agredirle con varios objetos que encontró a su paso hasta que, finalmente, le fracturó la nariz de un puñetazo.

La Fiscalía solicitó en sus conclusiones que Francisca fuese condenada por un delito de lesiones, con la agravante de parentesco y el atenuante de arrebato, a la pena de un año y medio de prisión y a la privación y tenencia de armas por tres años. Además, solicitó el pago de un total de 4.188, 38 euros de indemnización por los días que tardó en curar las lesiones, los que estuvo impedido y por las secuelas.

El fallo, del que es ponente la magistrada María Pilar Verástegui Hernández, condena a la agresora a quince meses de prisión y al pago de 4.150 euros.

El Tribunal considera como hechos probados que el 1 de mayo de 2010, Francisca se enteró de que su ex pareja, con la que había tenido un relación sentimental hacía un mes, salía con otra persona. Ella acudió al lugar donde la víctima se encontraba trabajando para pedirle explicaciones de por qué "estaba con otra chica al mismo tiempo que con ella", recoge la sentencia que declaró en la vista oral.

Según explica el fallo, comenzaron a discutir hasta que "ella perdió los nervios" e intentó atacar a su expareja con lo que encontró a mano. En el juicio, Francisca, que reconoció el ataque, "no recordaba con exactitud lo que había sucedido, pero sí que todo lo que alcanzaba lo tiraba al suelo". Una testigo presente en el altercado confirmó los objetos que había utilizado para agredir a su antiguo novio.

"La acusada se dirigió a la cocina, donde estaba su expareja, mientras le pedía explicaciones", pone la sentencia en boca de la testigo. "Primero trató de agredirle con una sartén, luego con un cuchillo y, finalmente, le dio un golpe en la cara. Al salir dijo que comprobara si no le había dado fuerte ya que de pequeña hacía kárate".

Según aseguró la agresora, él se reía de ella, le decía que se lo merecía y le repetía que no tenía por qué darle explicaciones. Tras comenzar la riña, que comenzó con Francisca arrojando objetos al suelo, el agredido logró arrebatarle la sartén antes de que le atizase con ella, pero no pudo evitar que le rozase el costado con el cuchillo antes de quitárselo. Fue en ese momento cuando "le propinó un fuerte golpe en la nariz", destaca el fallo.

El puñetazo le provocó una fractura de los huesos propios de la nariz con una desviación septal postraumática que le postraron durante diez días y que tardaron en curar 21. Además, le ha quedado como secuela una alteración de la respiración nasal por deformidad ósea o cartilaginosa. La víctima tendrá que someterse a una operación quirúrgica para corregirlo.