Un tumulto. Así finalizó el Pleno de ayer, con interrupciones, gritos, amenazas y una votación en el límite de la hora. Un debate de escasa trascendencia económica, el recorte de 200.000 euros en la organización la Feria Regional de Artesanía, se envenenó de tal forma que al final algunos consejeros ni siquiera sabían lo que estaban votando. Juan Domínguez, vicepresidente del Cabildo y consejero del grupo Mixto, presentó una moción por la vía de urgencia para instar al Gobierno de Canarias a cumplir con la consignación económica de la Feria y, en consecuencia, firmar el convenio por el que se encomienda la organización al Cabildo, ya que este año se debe celebrar en la isla de Gran Canaria.

Todo hacía pensar en una aprobación por unanimidad, aun cuando los tres grupos de la oposición consideraron que no era un tema urgente y debía dejarse para un próximo Pleno. En el debate sobre la urgencia, CC anunció su voto favor, NC dijo que apoyaba el fondo de la cuestión y el PSOE propuso una transaccional, pero Domínguez no aceptó ningún cambio en el texto.

A partir de ahí se inició un rifirrafe entre el presidente, José Miguel Bravo de Laguna, y la portavoz socialista, Carolina Darias, que fue subiendo de tono a medida que se acercaba la hora de concluir el Pleno, que por ley no puede durar más de seis horas y media. Mirando el reloj, Bravo optó por suprimir el debate y pasar a la votación, que se celebró con algarabía del PP y CCN y protestas de toda la oposición, que finalmente se abstuvo.