La cúpula de la patronal turística de Las Palmas (FEHT) ha decidido plantar al presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, y no acudir hoy a la convocatoria que ha organizado en el Paraninfo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria con el fin de movilizar a toda la isla contra la moratoria que ha aprobado el Gobierno canario, que preside Paulino Rivero. Pero el comité ejecutivo de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo, formado Fernando Fraile, como presidente, José María Mañaricúa, como representante de los hoteleros, y Tom Smulders por los extrahoteleros, también anunció ayer que tampoco asistirá a la cita que mantendrá hoy el presidente del Ejecutivo autónomo con el sector turístico en el Hotel Escuela Santa Brígida para hablar precisamente de la Ley Turística, y que pidió la Skal Club de Gran Canaria.

Fernando Fraile manifestó ayer que tras analizar la situación han llegado a la conclusión que "ninguno de los dos, ni Bravo ni Rivero, han atendido las propuestas del sector turístico y, por lo tanto, no pueden ser la claque ni del presidente del Cabildo ni del presidente del Gobierno". Además, insistió en que "ninguno de los dos ha sido sensible con las necesidades de los empresarios grancanarios y no se merecen ningún aplauso".

Paralización de proyectos

El presidente de la patronal turística echó en cara al presidente del Cabildo que haya paralizado con la incoación de un BIC en el Oasis la inversión de la cadena Riu en Maspalomas y proyectos como el teléferico en el Roque Nublo. En cuanto a la gestión del presidente del Gobierno, y también consejero de Turismo, Fraile sacó a relucir la subida del IGIC, frente a un tipo reducido que ha pedido el sector para ganar competitividad, y consideró "muy injusto" que la Ley de renovación no haya atendido ni una sola de las propuestas de Gran Canaria. También tuvo reproches para el Gobierno de Mariano Rajoy, en tanto que Baleares se beneficia de un descuento del 20 % de las tasas aéreas durante el invierno, y en Canarias sólo se aplica la reducción un día por semana en temporada alta, pese a que el sector ha solicitado el recorte del 20 % para el verano.

Por su parte, el presidente de la Asociación de Alojamientos Turísticos de Las Palmas, Tom Smulders, coincidió en destacar que no tiene sentido que el sector turístico acuda a "dar el aplauso o hacer el guerrero" a Bravo de Laguna o a Rivero después de que no hayan atendido las sugerencias de los empresarios. Smulders denunció que el Gobierno canario ha basado la renovación en criterios económicos porque fija cuantías por camas al sector de apartamentos para poder acogerse a los incentivos y poder subir a la categoría de tres estrellas. Al mismo tiempo, puso en tela de juicio la gestión del Cabildo en la inspección de estos alojamientos porque puede dejar fuera del mercado a muchos complejos sólo por el hecho de que le falta medio metro a la superficie de la habitación o al baño, sin tener en cuenta que estén localizados en una de las mejores zonas de Playa del Inglés y precisamente donde el Ejecutivo autónomo sugiere que se levanten hoteles de cinco estrellas. Por último, subrayó que Gran Canaria ya ha perdido 34.000 camas de apartamentos por esto, y acusó a Bravo de Laguna de "ambivalente" por centrar el debate sólo en los hoteles de cuatro estrellas.