El ministro de Turismo, José Manuel Soria, cargó ayer contra la Ley de Renovación y Modernización Turística que impulsa el Gobierno regional liderado por Paulino Rivero. El ministro y presidente del Partido Popular en el Archipiélago calificó la norma recién aprobada por el Parlamento autonómico "de fraude a Canarias y al sector turístico", y cuestionó los límites a la construcción de nuevos hoteles que impone la nueva regulación (sólo permite los de cinco estrellas). "Debe ser cada cabildo insular el que determine cuál es la mejor oferta turística, sin necesidad de tutelas", manifestó el líder popular, en el cierre de la convención que reunió en el Auditorio Alfredo Kraus a los cargos públicos del partido en el Archipiélago.

Soria entra en el debate sobre la nueva normativa turística. El ministro canario señaló que, en el actual contexto económico, "no hay nada peor que establecer trabas y frenos a la competitividad", en una clara alusión a las restricciones sobre la edificación de nueva planta hotelera, que el Ejecutivo regional impone bajo el argumento de fomentar la transformación de los establecimientos desfasados.

Tras defender la independencia de cada isla "para decidir los hoteles que necesita, y el tipo de turista que quiere", el ministro español pidió al Gobierno de Canarias, en mayestático, "que reflexione sobre el daño tremendo que pueden hacer" con la nueva ley, y proceda a su reforma.

El líder del PP en la región realizó estas declaraciones después de que el presidente de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, encabezara una cumbre contra la reforma turística celebrada el viernes, a la que no fueron finalmente los distintos grupos políticos, salvo sus compañeros del Partido Popular, ni los sindicatos, ni la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo, aunque sí algunos empresarios relevantes del sector y unos pocos alcaldes de otras fuerzas. Este encuentro fue objeto de varias referencias en la convención popular celebrada en el Auditorio Alfredo Kraus.

La presidenta insular del partido, María Australia Navarro, subrayó que "nosotros no somos sospechosos de insularismos, nunca hemos hecho estas políticas... ni las vamos a hacer ahora". Con su última frase corrigió un desliz previo con el que arrancó las sonrisas de la sala, cuando se le escapó un "...ni las vamos a volver a hacer".

En la cita también estaban presentes José Miguel Bravo de Laguna y el consejero insular de Turismo, Melchor Camón. El presidente del Cabildo destacó que "es la primera vez que el Parlamento, en los treinta años de autonomía de Canarias, aprueba una ley que cuenta con el rechazo de una isla", según informó Efe.

Además, remarcó que cada isla en Baleares decide su modelo turístico, y advirtió de que no cederá "ni un ápice" en defender los intereses legítimos de Canarias, pese al escaso apoyo a su convocatoria por tacharla de "partidista", que contrasta con la opinión mayoritaria que le da la razón en esta defensa de la construcción de nuevos hoteles de cuatro estrellas, en contra de las previsiones de la nueva moratoria, que aboga por la renovación de los establecimientos obsoletos.

Por su parte, el consejero de Turismo del Cabildo, Melchor Camón, resaltó posteriormente que mientras la Ley impone un parón a los nuevos hoteles de cuatro estrellas, deja de lado la renovación de los centros comerciales, pese a que Gran Canaria sí necesita un empujón en este campo. "Nada sacamos con tener hoteles de gran lujo, si al lado hay negocios de baja categoría", justificó.

Aviones de bajo coste

Camón cree que la nueva moratoria turística responde a la necesidad de fortalecer el Norte de Tenerife, que apenas registra un 30% de ocupación por el envejecimiento del destino, y porque su clientela se ha desviado hacia el Sur tinerfeño. Por eso, añadió, los sectores insularistas de Tenerife del Gobierno de Canarias pretenden reorganizar su mercado a costa de islas como Gran Canaria, que tiene otras prioridades para satisfacer a su clientela.

El consejero grancanario criticó que se estén desviando vuelos a Tenerife y a otras Islas, y que se pretenda hacer una política para arrebatarle a la Isla el mercado nórdico, que tradicionalmente opta por el destino grancanario.

Camón resalta que el Cabildo en ningún momento ha pedido una mayor ocupación del suelo, sino que defiende que se permita construir hoteles de calidad como, a su juicio, son los establecimientos de cuatro estrellas. Además, señala que el sector está viviendo una amplia ocupación en las temporadas invernales, por lo que muchos empresarios dejan de lado la renovación.

Camón recuerda que hace más de un año en un feria Paulino Rivero ya anunció su intención de hacer una moratoria más restrictiva, que iba a disuadir cualquier nueva inversión, "y lo ha llevado a la práctica". Y lamenta que si se pretende impulsar los hoteles de lujo no haya también respaldo a compañías aéreas tradicionales, y solo se prime a las de bajo coste.

A su juicio, "el Gobierno de Canarias va contracorriente del turismo mundial".