El viento azuzó con fuerza a la capital, en una jornada con impacto en la agenda carnavalera (se suspendió el Pregón, nada menos) pero que también transmitió susto a los vecinos. Cayeron árboles, vallas, carteles y postes, con el consiguiente despliegue de los servicios de emergencia, que rondaron las cuarenta intervenciones durante una jornada, además, bien pasada por agua y con un fuerte oleaje. Este último fenómeno, bien visible desde la fachada marítima, trastocó el atraque de todos los ferrys de Naviera Armas, que se trasladaron a los muelles interiores. Cuatro cruceros, en un acontecimiento insólito, resolvieron hacer noche en la ciudad, y hoy se juntan con otros dos que provocan un overbooking en el Santa Catalina, donde sólo caben cinco. Uno, el MSC Armonía, se va al Muelle Grande.

Sin embargo, la mayor inquietud que transmitió el temporal fue en terreno seco (ayer, en sentido figurado). El mayor lío formado por las condiciones adversas se produjo en la carretera de Tenoya. La calle Practicante Antonio Henríquez sufrió la caída de dos postes de la luz en torno al mediodía. No fue hasta pasadas las tres de la tarde cuando se pudieron despejar los obstáculos que durante ese intervalo impidieron el paso a los vehículos en ambos sentidos.

En Rafaela de las Casas, en el barrio de Miller Bajo, Eolo sopló tan fuerte que arrancó parte de la cubierta de una nave industrial. Ahí no se pudo recuperar la circulación rodada durante el día, y miembros del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento aseguraron la zona a la espera de la calma climática. Según un comunicado emitido ayer por el Ayuntamiento de la capital grancanaria, "la propiedad se hará cargo" del arreglo.

Desde el Consistorio se dio cuenta, igualmente, de un a larga relación de actuaciones vinculadas a los efectos del mal tiempo. Por ejemplo, en Las Coloradas el viento sacó de sitio varios paneles solares, que fueron arrastrados hasta el propio campo de juego. La cancha queda cerrada hasta mañana lunes, con la consiguiente suspensión de partidos previstos. No será hasta comienzos de la semana cuando se proceda a la reparación de los destrozos.

"El número de avisos ha ido experimentando un descenso conforme ha avanzado la jornada", informaron a última hora los servicios del Ayuntamiento. Por entonces, conductores pero también peatones hubieron de extremar las precauciones por el pavimento resbaladizo. En el lado del asfalto, especialmente en los barrios altos, se echó de menos justo un mayor conglomerado que soportara convenientemente el paso de los automóviles: el estado de las carreteras por las últimas lluvias es de patente empeoramiento, y la borrasca de ayer incidió en la tendencia.

También en Ciudad Alta, en puntos como Capitán López Ordúñez, hubieron los habituales desprendimientos. En Paseo de Chil se detectó algo similar, sin que se confirmaran mayores incidencias.

Entre las 38 intervenciones de los bomberos en el día se incluyen incidentes aislados de palmeras (o partes de ellas) caídas en enclaves como Doramas. Desde los servicios públicos se recordó que en estos puntos se poda cada dos semanas para que los árboles no estén sobrecargados y se reduzca el riesgo de incidentes. Antenas, papeleras y carteles completaron la relación de pérdidas en el mobiliario urbano y similares en la tormenta.

La de ayer vino con frío. Tanto, que la Policía Local, en su Twitter, avisó del "abundante granizo en las zonas altas", con el que se toparon los expedicionarios que tomaron camino de la Cumbre desde la capital. San Lorenzo fue un enclave en donde la granizada se reveló notoria, aportando una de las novedades más importantes del día para los nativos capitalinos. Para hoy se mantienen avisos amarillos por frío y lluvia, y naranja para las olas, si bien no se ha activado un dispositivo especial. Todos los servicios, eso sí, estarán localizables y dispuestos para intervenir.